La protagonista de la temporada de Día de Muertos tiene un inconfundible aroma y una apariencia que alegra los corazones en estas fechas festivas para los mexicanos. Conocida a nivel mundial, la flor de cempasúchil guarda el bello simbolismo de una leyenda que ha pasado de generación en generación hasta nuestros días. Conoce más de este relato ancestral que habla de uno de los elementos más importantes de las ofrendas. Fotos: Adobe Stock.
Una flor muy mexicana
Antes de conocer la leyenda del cempasúchil, debes saber que el nombre de esta flor proviene del náhuatl cempohualxóchitl, que significa «flor de 20 pétalos«. Tradicionalmente, se cultiva desde mediados del año con el fin de que su cosecha sea a partir de septiembre y hasta noviembre. Y aunque en la actualidad está presente en todo México, algunos de los estados productores más importantes son Puebla, Guerrero, Hidalgo, Oaxaca y la Ciudad de México.
Ahora bien, aunque tiene diversos usos que van desde los ornamentales hasta los medicinales, la flor se cempasúchil también es comestible. Dicho todo el contexto anterior, es momento de conocer la enternecedora leyenda del cempasúchil.
La leyenda del cempasúchil
La leyenda del cempasúchil gira en torno a dos niños aztecas, Xóchitl y Huitzilin, que mantuvieron una amistad durante toda su infancia. El paso de los años no solo los hizo crecer, sino que también maduró su cariño y se transformó a un amor juvenil.
Un día, los enamorados subieron a una colina en donde descansaba Tonatiuh, el dios del Sol, para pedirle la bendición de su relación. Y así fue. Pero, tiempo después, la guerra llegó al pueblo donde vivían, y Huitzilin fue convocado para ser uno de los guerreros que defendieran la lucha.
Tras una agobiante espera que se prolongó, un día Xóchitl recibió la noticia de que Huitzilin había fallecido en la guerra. Así, ella volvió a acudir a Tonatiuh para que le permitiera unirse a su amado en la eternidad, y el dios del Sol no tuvo más que compadecerse de su petición, convirtiéndola en un botón que, algún día, se convertiría en una flor.
En las tradiciones mexicanas
En la leyenda del cempasúchil, el botón en el que se había transformado Xóchitl permaneció cerrado por mucho tiempo. Cierto día, un colibrí se sintió atraído por su aroma particular. Esa ave era Huitzilin, que también había regresado a la Tierra para encontrarse con su amada. Solo entonces, cuando posó sobre sus hojas, floreció con la misma intensidad que el Sol, tomando la forma de la flor de veinte pétalos y adquiriendo hermosos tonos que iban del amarillo al naranja.
La leyenda del cempasúchil dice que el amor de Huitzilin y Xóchitl se volvió eterno. Cada año, la historia de su reencuentro en la tierra se repite y los campos se llenan de estas flores. Este simbolismo es el que le ha dado identidad como una flor que guía a los muertos en su visita a nuestro mundo, adornando tumbas y ofrendas en estas fechas.
Durante esta temporada, la flor de cempasúchil es uno de los íconos más distintivos que celebran las tradiciones mexicanas. Si quieres conocer algunos otros, también lee: ¿Qué significan los elementos culinarios de la ofrenda de Día de Muertos?