Todo sueño de cualquier aventurero guajiro. Jóvenes, solos y desesperados, a todos nos llega esa crisis existencial que nos orilla a escapar. Buscar nuevas aventuras, conocer amigos y enamorarse, se convierten en nuestros sueños más pasionales. Y para que no te quedes con las ganas, aquí te dejamos los mejores destinos, empaca tu mochila, ponte tus audífonos y prepárate para viajar solo.
Guanajuato, Guanajuato
Una pequeña ciudad en el corazón de México que nos hace revivir el pasado. Estrechos callejones, calles empedradas, es como vivir dentro de una película que nunca para de rodar. Caminar, tomar un café y fumar un cigarrillo bajo la noche estrellada, sentirse un escritor bohemio que se mueve sin rumbo y se enamora de cada rincón.
La ciudad no duerme y la noche se vuelve un pretexto más para conocer excéntricas personalidades. A demás de que año con año Guanajuato ofrece a sus visitantes el Festival Cervantino, que reúne a más de un millar de personas, que no dejan de sacudir a la ciudad con cada paso que dan.
Puerto Escondido, Oaxaca
Naranja, chilito y un buen mezcal, a disfrutar de Oaxaca. Puerto Escondido atrae turistas de todas partes del mundo que buscan un momento de libertad. Respirar la brisa del mar, nadar en los rayos del sol y sumergirse en un profundo estado de paz, no querrás regresar nunca. Escápate a viajar solo y a disfrutar las playas de Mazunte (recinto oficial de los hippies) o Punta Zicatela (playa repleta de surfos), en donde podrás descubrir que cada rincón se vive de forma única.
No dejes de moverte y dirígete al onírico paisaje de bioluminiscencia en la Laguna de Manialtepec, mágico sitio que refleja destellos azules cuando cae la noche, revive tus fantasías y no dejes de explorar.
Sayulita, Nayarit
Un pequeño Venice Beach escondido en la selva tropical de Nayarit. Espacio virgen y poco visitado, este asombroso lugar esconde un sinfín de maravillas ocultas. Recinto de aquellos que han dicho, no más al estrés de la ciudad, los lugareños nos mostrarán la calidez de las hermosas playas y la sencillez de su gente. Por el día, nada mejor que disfrutar del mar o tomar una excursión en bicicleta. Por la noche, refrescarse con cervezas en fiestas o bares.
Toma tu tabla de surf, si lo deseas hazte un tatuaje y vive la experiencia de un pequeño California perdido en las playas mexicanas.
Xilitla, San Luis Potosí
El lugar perfecto para viajar solo y encontrarte a ti mismo, sentir la naturaleza y escapar de la rutina. La Huasteca Potosina esconde este místico templo en el que convive de manera inexplicable el arte del hombre y el rugir de la naturaleza. Acampar, sumergido en el denso espesor de los árboles y escuchar el canto de las aves, nos hace sentir como intrépidos exploradores que han decidido aventurarse por primera vez en el Amazonas. Niebla, truenos, luces y estrellas decoran este intrépido paisaje.
Ir de caminata, escalar, nadar en las pozas, observar las cascadas, nunca pararás de descubrir los misterios que guarda Xilitla. No olvides visitar el Jardín Surrealista de Edward James, en donde arte, escultura, arquitectura y naturaleza convergen creando una magnifica ciudad escondida en medio de la nada.
Ciudad de México
La ciudad es colosal, es monstruosa y ofrece un interminable laberinto de cosas por hacer. Fatigado, caminarás, tomarás una bicicleta, te subirás al metro, y harás todo lo posible por moverte de un lado a otro tachando las actividades a realizar. Recorrer el Museo de Antropología, el Castillo de Chapultepec; pasear por Reforma, descubrir el Centro Histórico, salir de noche por la colonia Roma, la Condesa o la Juárez; la exclusividad de Polanco y lo pintoresco de Coyoacán.
La ciudad no para, y te aseguro que tú tampoco lo harás. No dejes de moverte y descubre cada rincón.