Tejiendo México: deliciosas postales de la gastronomía
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Los aztecas llamaban tzapotl a todas las frutas dulces y blandas que se daban en tierras mexicanas desde épocas prehispánicas. De zapote se deriva una variedad de frutas como el zapote negro, el chicozapote o el mamey, que también forma parte de esta familia; todas ellas un poco olvidadas, pero merecedoras de atención y revalorización por su historia y presencia durante siglos. Aquí te compartimos una pequeña parte de la gastronomía mexicana más auténtica, ¡pruébalas todas!
Los zapotes son frutas totalmente prehispánicas a las que se atribuían grandes poderes curativos. El chicozapote tiene una cáscara entre café y dorada, es jugoso y su sabor se parece al de una pera dulce. De este fruto, originario de los estados de Tamaulipas, Nayarit, Campeche, Colima, Michoacán y Chiapas, Tabasco, Quintana Roo y Yucatán, se obtiene una goma para mascar que se ha empleado desde hace siglos para la higiene bucal, por muchos pueblos americanos como los mayas; su nombre viene del náhuatl chictli, que quiere decir chicle.
Muy similar a la pitahaya o fruta del dragón de origen latinoamericano y muy producida también en Vietnam, China, Colombia, Nicaragua e Israel, la pitaya se encuentra exclusivamente en zonas áridas y semiáridas de México y se produce entre los meses de abril y junio, por lo que también se le llama comúnmente “pitaya de mayo”. Su cáscara es de verde a rojiza y la planta consiste en tallos de gran altura, rectos y acanalados.
El zapote negro es nativo a lo largo de ambas costas de México, desde Chiapas, Veracruz y Yucatán hasta las tierras boscosas de América Central. El árbol de esta fruta crece hasta 25 metros de altura. Cuando está maduro es de color verde, y el interior es marrón; tiene un sabor parecido al del chocolate y se puede encontrar entre los meses de agosto a enero. Su aspecto no es muy atractivo y la textura de su pulpa se asemeja a la de las ciruelas cocidas, sin embargo, basta probarlo en un buen postre para apreciarlo.
También conocida como talpajocote, guayo, maco o quenepa, esta fruta proviene de un árbol frutal que se encuentra en algunas zonas de América Central y Sur. Es una drupa pequeña y silvestre que se puede encontrar en los estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo, y se consume fresca, enlatada o incluso en aguardiente.
La temporada del mamey es de enero a julio, su sabor es especial, parecido a la miel con almendras. Tiene una piel firme y su interior es de un color fuerte, parecido al del salmón. Su pulpa cremosa, suave y dulce lo hace ideal para consumirse en forma de helado, licuados y diversos postres. Es parte de la familia de los zapotes y se produce mayormente en los estados de Chiapas, Tabasco y Veracruz.
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