Abrazos: el día que se convirtieron en armas

Esa sensación de estar tan cerca del otro que puedes hasta detectar el latido de su corazón, la intensidad de su respiración, y cómo el calor que emite te recorre todo el cuerpo, que te puede reconstruir el alma en segundos. ¿Te acuerdas? Hablamos de los abrazos, esa muestra de cariño tan espontánea e inofensiva que, dependiendo quién te lo diera, podía ponerte sobre las nubes.

Sin embargo, hoy 21 de enero, que celebramos el Día Mundial del Abrazo, es preciso recordarlo. Actualmente, derivado de la pandemia mundial por COVID-19, de ser una muestra de afecto o incluso- en diversos países- una forma de saludarse, se volvió un arma letal para el ser humano,  convirtiéndose en un preciado recuerdo.

Aquí te contamos un poco sobre el origen de esta muestra de afecto y su celebración, esperando algún día, volver a abrazarnos.

 

Abrazar el mundo

 

Día Mundial del Abrazo

 

Abrazar es literalmente un acto de amor o un saludo que se realiza con los brazos -de ahí su nombre- colocándolos alrededor de otra persona. Este puede significar afecto, de acuerdo al contexto, pero también es utilizado como una forma de saludar a alguien o de brindar consuelo.

Asimismo, es una forma de comunicación no verbal, muy similar al beso, pero, a diferencia de otros tipos de contacto físico, este se puede realizar públicamente.

Dada la importancia del abrazo en el mundo, el estadounidense, Kevin Zaborney, fue quien estipuló que el 21 de enero se celebrara el Día Internacional del Abrazo, debido a la falta de muestras de afecto que realizaba la gente en público, incluso en su ambiente familiar. Por lo que pensó que esta celebración serviría para darle una excusa a la humanidad para dar y recibir abrazos.

De esta forma fue que esta efeméride se celebró por primera vez el 21 de enero de 1986 en el pueblo de Clio, en Michigan, volviéndose muy popular en los Estados Unidos, gracias al calendario de eventos Chase, publicación que presentaba todas las festividades locales del año y cuyo dueño era el abuelo de una de las mejores amigas de Zaborney.

 

Día Mundial del Abrazo

 

 

Abrazos en la historia

 

A lo largo de la historia, un abrazo ha servido como el sello de reconciliación entre bandos contrarios, enfrentados en distintas guerras. O incluso han servido para demostrar una traición, como se dice ocurrió entre Judas Iscariote y Jesucristo.

En México, por ejemplo, el llamado “Abrazo de Acatempan”, pasó a la historia por fundir en un abrazo a José Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero. O el famoso abrazo que puso fin a la Guerra Fría, entre Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov. O yéndonos un poco más a la actualidad, el famoso abrazo entre los líderes de la Iglesia Católica, Francisco I y Benedicto XVI, para demostrar su empatía.

 

Más letales que las armas

 

Fue el 11 de marzo de 2020 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS), declaró como pandemia mundial el Coronavirus, virus fuertemente contagioso entre humanos, que se transmite a través del aire, al toser y estornudar, al tocar, estrechar la mano o abrazar a una persona enferma.

Desde entonces, lo que antes fuera una inofensiva muestra de afecto –muy necesaria entre los humanos- se convirtió en un acto capaz de llevar a la muerte a otra persona, debido al alto nivel de contagiosidad del ya mencionado virus. Aún más letal que un arma.

 

Abrazos virtuales

 

 

Hoy los abrazos nos los damos a distancia, a través de una pantalla de smartphone, tablet o computadora y nos hace añorar aquellos días que ahora vemos tan lejanos, en los que nos podíamos abrazar con quien fuera, en el momento en que se necesitara: para confortar, para felicitar, para ser empáticos. 

Hoy celebremos el Día Mundial del Abrazo con la esperanza de que no tarde el día en que nos volvamos a abrazar con nuestros seres queridos, y que ese pequeño acto inspirador de películas de Almodóvar como Los abrazos rotos, o de bellísimos poemas de Mario Benedetti como “Abrazo”, que versa: “Un simple abrazo nos enternece el corazón; nos da la bienvenida y nos hace más llevadera la vida”, sí sea un arma letal, pero esta vez no para separarnos, sino para unirnos entre naciones.

 

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