El mundo del té se define en dos grandes conceptos, generalmente confundidos y malinterpretados entre entusiastas, aficionados y consumidores de todo el mundo: variedades y varietales. Conoce cuál es la manera correcta de nombrarlos. Fotos: Escuela Mexicana de Té.
Una y otra vez le hemos contado que el té es la bebida que resulta de la infusión de hojas y brotes de la Camellia Sinensis, un arbusto de follaje perenne muy valorado por su gusto ligeramente amargo, astringencia y propiedades revitalizantes.
¿Cuándo son variedades y cuándo varietales?
Naturalmente existen sólo dos VARIEDADES que son relevantes para la producción de té: Camellia Sinensis var. Sinensis y Camellia Sinensis var. Assamica. La variedad Assamica, originaria de India, posee hojas más grandes y anchas en comparación con la Sinensis, nativa de China.
Ahora bien, con el propósito de generar plantas que soporten mejor las heladas, que tengan mejores rendimientos o que simplemente desarrollen características aromáticas y gustativas particulares, el ser humano ha dado vida a decenas de miles de variaciones de la planta del té. Estas variaciones cultivadas o desarrolladas por el hombre reciben el nombre de VARIETALES o cultivares, por su traducción del inglés.
¡Sí!, querido lector, origen productivo y varietales empleados son realmente los factores que determinan la expresión sensorial básica de la infusión en taza, sin importar si se trata de tés blancos, verdes, negros, oolong, puerh o alguna otra tipología especial.
“Bien, pero… ¿qué importancia tiene esto en mi consumo diario de té?”. ¡Simple!, para que su taza favorita pueda considerarse como auténtica, debe estar producida en una zona particular y con un determinado varietal.
Varietal Tieguanyin
Por ejemplo, el Tieguanyin en Taiwán tiene características muy distintas a su primo chino. Frecuentemente tostado y ocasionalmente envejecido, el varietal Tieguanyin taiwanés tiene una tasa de crecimiento más lenta y requiere cuidados mucho más minuciosos, que lo hacen también más costoso. Generalmente se cultiva en Muzha, en Taipéi, en altitudes medias que terminan por redondear sus típicos aromas de nueces y ligeramente florales.
Varietal Jin Xuan
Otro caso particular es el del mítico Jin Xuan, un té bastante nuevo en términos de historia del té, creado en la década de 1980 por la Estación de Investigación y Extensión del Té de Taiwán.
Este singular varietal es popularmente conocido a nivel mundial gracias a su inconfundible aroma dulce y cremosidad en boca, que evocan mantequilla fundida, orquídeas y lácteos, características que le otorgan el nombre alternativo de «Milk Oolong».
El auténtico Jin Xuan es absolutamente distante de imitaciones comerciales enriquecidas con edulcorantes y saborizantes artificiales, que dan tonos lácteos a las hebras de té de forma industrial. Si bien China, la gran cuna del té, posee infinidad de varietales perfeccionados a lo largo de los siglos, muchos otros polos productivos también pueden presumir lo propio.
El Instituto de Investigaciones del Té de Kenia (TRFK, en inglés) dedicó más de 25 años al estudio de camellias silvestres procedentes de jardines de Assam, en India, creando varietales y perfeccionando su genética a través de la cruza con plantas de Camellia Irrawadiensis, una especie hermana rica en antocianinas, pigmentos que otorgan el color rojo, morado o azul a las hojas, flores y frutos.
Así, Kenia logró abanderar la tendencia de té morado que hoy crece a pasos agigantados en el mundo entero. escueladete.mx