Otoño cautiva por múltiples razones: es indicador de madurez y ocaso de la vida, representa un flujo de nuevos colores, aromas, texturas, sensaciones… Para quienes amamos el té, es sinónimo de hebras robustas y cálidas, de blends especiados y de tisanas que reúnen nueces y frutos secos en taza. Fotos: Escuela Mexicana de Té.
Si hablamos de otoño es importante iniciar apuntando hacia los tés negros, cuyo dulzor y potencia gustativa permiten reanimar el paladar y hacer frente al frío moderado de la temporada.
El alma del té negro
Ya le hemos platicado que los tés negros surgen a partir de un peculiar proceso de manufactura, que les otorga enorme complejidad y profundidad sensorial. Después de marchitarse para reducir su contenido de agua, las hojas de camellia sinensis (la planta del té) se enrulan manual o mecánicamente para liberar enzimas precursoras de la oxidación y aceites esenciales; cuando los componentes de las hojas entran en contacto con el aire, la humedad y el calor, sucede una reacción oxidativa.
De acuerdo con su grado de oxidación, las hebras pueden derivar en infusiones de tonalidades ambarinas, caoba e incluso rojizas, con matices dulces, astringentes y ligeramente amargos, de larga permanencia en boca y con notas predominantes de azúcar cocida o melaza. Son tés golosos, que no empalagan y que revelan intensos aromas de cítricos compotados, de calabaza en dulce, ciruelas deshidratadas, piloncillo, nueces, castañas, caramelo… Matices de otoño, ¿a poco no?
De gran pureza
Del lado de los tés puros también hay que mencionar a los oolongs de alta oxidación, con sus típicos tonos de flores deshidratadas, lácteos y azúcar cocida, dulces y astringentes, así como a algunas variedades de té verde tostado, como el hojicha japonés, que adquieren una deliciosa dimensión durante el otoño.
Vayamos ahora a los blends. Es cierto, las mezclas clásicas a base de té negro son infaltables a lo largo de la temporada: Earl Grey, Russian Caravan, Prince of Wales, Masala Chai, English Breakfast… Sin embargo, también conviene explorar nuevos y más divertidos rumbos.
El pu-erh, particularmente en sus variedades maduras, puede abrazar fácilmente a ralladuras cítricas, jengibre deshidratado y todo tipo de especias picantes; estos matices especiados son ideales para acompañar los guisos grasos, carnes estofadas y melosos postres que predominan durante la época.
Hace algunos meses decidimos mezclar pu-erh con granos de café, cacao tostado, caramelo rubio y chocolate amargo; el resultado es altamente recomendable para cualquier encuentro gastronómico otoñal.
Relajante infusión
¿Tisanas?, también tienen cabida, especialmente cuando se trata de variedades que mezclan cáscara de naranja, manzana y chabacanos deshidratados, canela, nueces, almendras, uvas pasas, miel, flor de jamaica, vainilla y todo tipo de especias cálidas.
Entre las tisanas herbales más populares de la temporada se cuenta el rooibos o arbusto rojo (hojas secas de la planta Aspalathus linearis), que integra deliciosas y aromáticas mezclas al compás de peras, clavo de olor, canela, vainilla, regaliz y vainas de cardamomo. ¡Bienvenido otoño! escueladete.mx