Carta Editorial noviembre- diciembre 2020 > Food and Travel México
En Food and Travel sabemos que escribir sobre viajes es escribir sobre la vida. Como viajeros, o buscadores, salimos de nosotros mismos en busca de experiencias que abran nuestros horizontes para finalmente regresar a nosotros mismos. La lista de sitios visitados a lo largo de una vida puede ser extensa, pero la mayoría de estas vivencias solo sirven para cambiar el paisaje exterior, sin apenas modificarnos internamente.
Un viaje iniciático es aquel que posee un enorme poder transformador. En él, los caminos que recorremos nos dirigen también hacia el interior. Cuando viajamos, los lugares por conocer son solo una metáfora de lo nuevo en nosotros que hay que descubrir. Para volver a viajar con la premisa de hacer de cada experiencia una iniciática, hay que abandonar lo obsoleto, la falsa idea que tenemos el control y la fantasía de poseer una brújula exacta para movernos de un lugar a otro. Habrá que entender que nuestra maleta también carga con estrechez de miras e ideas preconcebidas. Y, la mayoría de las veces, ese equipaje nos condiciona mucho más de lo que estamos dispuestos a aceptar.
El viaje que algunos estamos emprendiendo este 2020 hacia nosotros mismos es iniciático. No necesitamos ir lejos para convertir a cada exploración en una oportunidad más para cambiar y ampliar nuestra perspectiva de la vida. Al igual que no se trata de coleccionar títulos de libros leídos sino de aprender de las lecturas, en los viajes no importan los kilómetros sino las experiencias.
¿Cuál ha sido nuestro viaje iniciático? No importa si salió como esperábamos o no. Hasta los náufragos aprenden que lo único importante es lo que se salvó y no lo que se perdió en el camino.
Directora Editorial > Cecilia Núñez
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