Fricasé francés y barbacoa africana: esto trae el recetario más antiguo de México

Los recetarios son muy importantes porque además de que te ayudan a cocinar rico, dejan un importante testimonio histórico pues nos hablan de lo que se come en determinada época. Pensando en esto es que quisimos investigar y contarte cuál es el recetario más antiguo de México. Fotos: Cortesía Universidad de Yale y Pixabay. 

Seguramente en tu casa conservas algún recetario, ya sea con los secretos de cocina de la familia, uno escrito por ti misma donde creas o recopilas recetas o algunos recetarios profesionales que has comprado en las librerías. ¿Te gustaría tener entre tu colección una copia del recetario más antiguo de México? Sigue leyendo para saber en dónde consultar una copia.

 

Algunos antecedentes internacionales

 

recetario Mesopotamia Yale

 

Primero déjanos decirte que el recetario más antiguo del que se tiene registro data de 1750 a.C. son tres tablillas de arcilla con escritura cuneiforme. Fueron encontradas en Irak, donde antiguamente se desarrollaron las culturas de Mesopotamia. En estas tres tablillas están escritas 40 recetas y actualmente las resguardada la Universidad de Yale.

Muchos años después, en 1470 en Roma comenzó a circular el recetario De Honesta Voluptate et Valetudine que se puede traducir como «Sobre el placer y la salud honestos». Este recetario fue escrito por Bartolomeo Platina, humanista, gastrónomo y escritor del Renacimiento. Así los recetarios cada vez se hicieron más populares tanto para el uso doméstico como en el profesional.

 

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Conoce el recetario más antiguo de México

 

recetario antiguo México

 

 

En México, el recetario más antiguo del que se tiene registro es “El Cocinero Mexicano o Colección de las Mejores Recetas para Guisar al Estilo Americano”. Data de 1831 y como su mismo nombre lo dice, es una colección de recetas que surgen como una moda en los hogares mexicanos que se quieren modernizar y que sus cocinas huelan a platillos internacionales. El recetario más antiguo de México fue editado por Mario Galván Rivera, quien fue muy famoso por sus calendarios. 

El “Cocinero Mexicano” consta de tres tomos y tuvo 12 diferentes ediciones que se distribuyeron en todo el continente americano. Entre las recetas del tomo I del recetario más antiguo de México está la capirotada francesa, el fricasé francés, la barbacoa africana y los ravioles, recetas que no suenan muy mexicanas sin embargo, hablan de una época en la que México quería explorar nuevos horizontes culinarios.

También hay recetas como el Caldo de culantro verde (como se le llamaba antes al cilantro) y Caldo de enfermo en el que toman por sentado, que quien hará la receta, ya sabe cocinar pues las únicas instrucciones son las siguientes:

 

Caldo de culantro verde

“A la olla o puchero ordinario se echará una o dos plantitas de culantro verde, perejil y yerbabuena”.

Caldo de enfermo

“Con solo la carne de carnero o gallina, arroz y garbanzos, se hace este caldo no mezclando nada de especias. Echando a cocer en él lechugas u otras hortalizas y yerbas según prescriba el facultativo”.

También es interesante leer la receta del Caldo de sustancia para los débiles en la cual aconsejan cocer dos cabezas de terneros con todo y pescuezo, dos gallinas y cinco pies de carnero, y se recomienda servir moliéndole dos yemas cocidas. 

 

Cabe mencionar que en el Tomo I del Cocinero Mexicano, también hay algunas recetas tradicionales mexicanas como frijoles gordos o ayocotes, huauzontles fritos, tamales, quelites, sopa de tortilla y chiles rellenos.

El Cocinero Mexicano Tomo I, es considerado el recetario más antiguo de México y por esa razón fue digitalizado por La Fundación Herdez. Consúltalo aquí y tal vez te animas a preparar alguna de sus recetas.

 

Un dato antes de irnos

 

Sor Juana

 

Se tienen registros escritos de conjuntos de recetas mexicanas del año de 1680, sin embargo no son recetarios sino cartas. Se tratan de la correspondencia que mantenía Sor Juana Inés de la Cruz con su hermana, en donde le hablaba de sus descubrimientos en la cocina y en donde se encontró la frase: “Sí Aristóteles hubiera guisado, mucho más habría escrito”. 

 

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