Gusano barrenador: ¿una amenaza para nuestros alimentos?
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El gusano barrenador, la larva de la mosca Cochliomyia hominivorax, es una plaga que históricamente ha afectado gravemente la ganadería en México y en otras regiones. Su capacidad para infestar heridas en animales de sangre caliente, incluyendo al ganado bovino, porcino, ovino y caprino, causa enormes pérdidas económicas. Pero, ¿esta amenaza para el sector pecuario tiene implicaciones directas en los alimentos que consumimos los mexicanos? ¿Debemos preocuparnos por nuestra salud? Fotos: Adobe Stock

¿El gusano barrenador representa un peligro directo para la salud humana?

 

Afortunadamente, el gusano barrenador no representa un peligro directo para la salud humana a través del consumo de productos animales. La infestación se limita a animales vivos, y los rigurosos procesos de inspección sanitaria implementados en rastros y plantas procesadoras están diseñados para detectar y eliminar cualquier animal afectado, garantizando la seguridad de la carne que llega a nuestra mesa.

gusano barrenador en el ganado

Sin embargo, el impacto del gusano barrenador en la ganadería sí tiene consecuencias indirectas significativas en nuestra alimentación. Las pérdidas económicas que sufren los ganaderos debido a esta plaga pueden traducirse en un aumento de los costos de producción, lo que a su vez podría elevar los precios de la carne y otros productos de origen animal. Además, brotes severos pueden llevar a una disminución en la producción, afectando la disponibilidad de ciertos alimentos y generando un impacto negativo en la economía de las comunidades rurales que dependen de la ganadería.

Es crucial reiterar que, hasta la fecha, no existe evidencia científica que sugiera que el consumo de carne proveniente de animales previamente infestados con gusano barrenador constituya un riesgo directo para la salud humana, siempre y cuando se cumplan estrictamente los protocolos de inspección y procesamiento.

Cuidado del ganado por el gusano barrenador

¿Qué se está haciendo y qué podemos esperar?

 

México ha implementado programas de control y erradicación del gusano barrenador durante décadas, con el apoyo de organizaciones como la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA)  Estas iniciativas han logrado avances significativos en la contención de la plaga en muchas regiones.

Las estrategias clave incluyen:

Liberación de moscas estériles: Esta técnica consiste en liberar grandes cantidades de moscas macho esterilizadas que se aparean con las hembras silvestres, resultando en huevos no fértiles y reduciendo la población de la plaga.

Vigilancia epidemiológica: Monitoreo constante para detectar y controlar brotes de manera temprana.

Educación y capacitación a ganaderos: Para la identificación temprana de infestaciones y la implementación de medidas preventivas.

Tratamiento de animales infestados: Uso de insecticidas y otras terapias para eliminar las larvas.

Tratamiento contra el gusano barrenador

¿Qué podemos esperar como consumidores?

 

Si bien es poco probable que veamos un impacto directo en nuestra salud por el consumo de productos animales debido al gusano barrenador, es posible que experimentemos fluctuaciones en los precios y la disponibilidad de ciertos productos cárnicos si no se mantienen y fortalecen los programas de control.

Es fundamental mantenernos informados sobre las medidas sanitarias implementadas y la importancia de apoyar a productores responsables que cumplen con los estándares de calidad. Al elegir carne y productos de origen animal provenientes de fuentes confiables y certificadas, no solo contribuimos a nuestra propia seguridad alimentaria, sino que también respaldamos los esfuerzos por proteger la salud del sector ganadero y la economía que sustenta a tantas familias en México.