El ritmo de vida vertiginoso de la CDMX (y la contaminación…) dificulta que nos podamos detener a apreciar los pequeños espectáculos diarios que nos regala la naturaleza, ya sea en la forma de un arcoíris, una suave lluvia inesperada o una luna llena. Sin embargo, hay ocasiones en las que la propia Madre Naturaleza nos obliga a detener todo lo que estemos haciendo para apreciarla, como ha sucedido durante los primeros días de enero de 2024. Fotos: Andrea Cabrera.
Desde el 10 de enero de 2024, miles de usuarios residentes en la capital mexicana han compartido en redes, las imágenes del espectacular atardecer acontecido ese día. Además de regalarnos una consecución de bellos tonos naranja, amarillo y morado, el cielo de la CDMX estuvo cubierto por una enorme formación de nubes cuya forma, similar a un enorme platillo volador, despertó las suspicacias de no poca gente. Pero, ¿cuál es la explicación a este fenómeno?
La verdad detrás del atardecer del 10 de enero en CDMX
Las extrañas nubes que hemos podido observar a lo largo de estos días (también se apreciaron algunas el día 11 de enero), reciben el nombre de nubes lenticulares, llamadas así por su forma cóncavas similar a una lente óptica: sí, muy parecido a unos lentes de contacto.
Las nubes lenticulares suelen formarse en zonas montañosas o de gran altitud (como pasa con la CDMX, situada a más de 2 mil metros sobre el nivel del mar) y aparecen de forma aislada, es decir, nunca suelen estar acompañadas de otras nubes.
¿Y la inusual forma de plato? Esta se debe a las corrientes de aire ascendentes, potentes torrentes que no solo elevan la nube, sino que la “esculpen” e impulsan por su parte central, dándole esa peculiar forma de lente, hongo o platillo volador.
Indicadores útiles
Debes saber que las nubes lenticulares, como las que apreciamos desde aquel atardecer del 10 de enero en la CDMX, pueden alcanzar grandes alturas gracias al empuje del viento, de ahí que son muy buscadas por los pilotos que desean aprovechar ese impulso para ascender más rápidamente. En cambio, los montañistas, que las conocen bien, tratan de evitarlas porque, al ser estacionarias, suelen indicar la llegada inminente de una tormenta.
Como dato curioso final, no es la primera vez que la CDMX se cubre con una formación nubosa tan extraña como la del atardecer en cuestión. De hecho, el 10 de enero 2012 también se pudo observar una colosal nube rojiza que también sorprendió a los capitalinos: ¡exactamente 12 años antes del atardecer que tanto has visto en redes!
Por cierto, ¿tú ya nos compartiste tu foto de las extrañas nubes en la CDMX en redes sociales? Recuerda que en todas aparecemos como @foodandtravelmx
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