Morimoto
La cocina de Morimoto es muy elaborada como para resumirla en su barra de sushi; sin embargo, no puede sino calificarse como excepcional por la calidad de los insumos y la depurada confección: bellísimas presentaciones y frescos trozos de pescado a los que poco les falta para aletear. La carta está claramente explicada, y se encuentran delicias como el toro (ventresca de atún) y un surtido de huevas de pez, erizo y rollos. Para vivir una experiencia completa, pide el chirashi sushi acompañado con uno de los sakes de la selección de la casa. Mariano Escobedo 700 (en el Hotel Camino Real Polanco), Anzures, D.F. (55) 5262 6264.
Kokeshi
Es un derivado del Sud 777 del chef Edgar Núñez, así que es una buena opción para quienes no llevan reservación o para los que buscan una alternativa más informal. La cocina no es puramente japonesa, pero sigue los principios de calidad y manejo excepcional del ingrediente. Es imaginativa con un claro enfoque oriental. La creación más novedoso es el Roll 777, una delicia suprema donde destaca el atún que envuelve al calamar frito con aguacate y pepino, y se acompaña con un toque de salsa tártara y dulce picante. Boulevard de la Luz 777, Jardines del Pedregal, D.F. (55) 5568 4777.
Yoshimi
Luego de que el hotel Nikko cerró y el Hyatt se estableció ahí, uno de los conceptos que se mantuvo intacto fue el restaurante Yoshimi, una notable apuesta por una cocina oriental de primer nivel con ambiente informal. Al entrar, se respira la paz y la armonía que reinan en este local lleno de pequeños espacios que dan privacidad al comensal; la zona de sushi es una barra donde se puede disfrutar de la maestría de los itamae (cocineros) cortando bellas y deliciosas piezas de sushi. Abundan los rollos, y aunque hay tropicalizaciones para el paladar nacional, se siente un sello auténticamente japonés. Campos Elíseos 204, Polanco, D.F. (55) 5083 1234.
Texto: Alejandro Zárate