(Re)visitar Puebla en tres paradas: historia, sabores y diversión

Bien dice el compositor puertorriqueño Rafael Hernández: “Qué chula es Puebla, qué linda…”. Y no cabe duda que lo es, desde su nacimiento hasta el sabor voluptuoso de sus platillos, pasando por sus actividades familiares y cada uno de sus rincones naturales. ¡Sigue leyendo y te cuento sobre esta escapada a Puebla que hicimos con niños a bordo! Fotos: Elsa Navarrete y Adobe Stock

 

(Re)visitar Puebla en un viaje familiar

 

Cuenta la leyenda que esta urbe nació luego de un sueño en el que los mismísimos ángeles trazaban las plazas y los límites de lo que sería Puebla de los Ángeles, hoy Puebla de Zaragoza. Tras el delirio clerical del obispo de Tlaxcala, la ciudad ha protagonizado diversos capítulos de la historia de México.

Hoy en día, son estas anécdotas las que brotan desde los muros de templos y viviendas palaciegas, inspiración suficiente para emprender un viaje familiar hacia el corazón del estado, custodiado por el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl. Ahí donde se respira un aire impregnado de aromas dulces provenientes de las delicias conventuales, notas a barro húmedo de la talavera y frescas bocanadas de modernidad.

 

Parada 1: Centro Histórico y El Mural de los Poblanos

 

Re visitar Puebla en familia

 

En busca de esta famosa riqueza cultural (y un poco de diversión), nos dirigimos a la capital de Puebla. Enmarcado en un cielo azul despejado, el día comenzó en el Centro Histórico, reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

La ruta de este viaje familiar inició con una visita a la catedral de Puebla que, con sus torres de 72 metros de altura (de las más altas del país), parece una joya que deslumbra, no solo por su monumentalidad, sino también por los tesoros que guarda en su interior: trabajos en madera, cantera y mármol, así como lienzos y esculturas de más de tres siglos de antigüedad.

La caminata por el Centro Histórico, según la curiosidad y el ánimo de los niños, puede incluir la impresionante Biblioteca Palafoxiana, considerada la primera del continente americano; el Palacio del Ayuntamiento y la Casa de los Muñecos, una construcción del siglo XVIII decorada con figuras de hombres hechas con mosaicos de talavera.

 

Biblioteca Palafoxiana

 

Después del paseo, donde inevitablemente nos tropezamos con el pasado y el asombro en cada esquina, el apetito por paladear la cocina poblana afloró. La lista de obligados nos hizo llegar a El Mural de los Poblanos. Este restaurante tradicional no tiene zona de juegos ni ludoteca aunque no fueron necesarios, la comida fue suficiente para entretenerlos pero sí cuenta con un bello mural de más de 10 metros de largo con el que puedes explicarles cómo se creó la ciudad y los personajes que contribuyeron a esto.

 

El Mural de los Poblanos

 

La degustación empezó con muestras pequeñitas pero enormemente deliciosas: una trilogía de chalupas y otra de cemitas. No podíamos dejar de comerlas: fueron la mejor carta de presentación que esta gastronomía pudo habernos ofrecido, incluso para los niños que recordaron a unos sopecitos y a unas tortitas, respectivamente.

Seguimos con un suculento fideo seco y, por último, el mole –el señor de la mesa– hizo su aparición. La receta empleada aquí fue creada por las monjas dominicas del Ex Convento de Santa Rosa, que ahora abre sus puertas como Museo de Arte Popular Poblano exhibiendo textiles, objetos de barro y la cocina forrada de talavera en donde fue preparado por primera vez el mole poblano.

El paseo familiar por la ciudad de Puebla puede terminar descubriendo tiendas de antigüedades en la Plazuela de los Sapos, hallando extraños tesoros a buenos precios. El domingo se pone aún mejor, ya que se establece un mercado especializado en más “artículos del ayer”.

 

Parada 2: Immersive Disney Animation

 

Disney Immersive en Puebla

 

Para darle un toque divertido a este viaje familiar a Puebla, y aprovechando que ampliaron su temporada hasta el 2 de junio, visitamos Immersive Disney Animation. Se trata de una bóveda de animación que se levantó en Puebla en el marco de los 100 años de Disney.

Durante una hora, nos sumergimos en 118,800 fotogramas de video y 101,376,000 píxeles para disfrutar de las historias y la música con las que crecimos y con las que ahora están creciendo nuestros hijos. Cantamos a todo pulmón con Elsa, Moana, Aladdín y Ariel; jugamos con burbujas mientras estábamos debajo del mar y, al salir, aprendimos algunos trucos para dibujar a Mickey, Minnie y Donald.

 

 

¿Lo mejor? Los niños pueden caminar, jugar y bailar en un amplio espacio flanqueado de pantallas. Esta experiencia cuenta con funciones diarias y dos tipos de boletos: General y Fantasía, una suerte de VIP que incluye vaso coleccionable, pulsera mágica y entrada preferente con horario flexible. Tip: revisa su cuenta de Instagram, ya que publican varias promociones. Entradas: desde $380 pesos. disneyimmersive.com/puebla

 

Parada 3: Cholula

 

Si se visita la ciudad de Puebla en familia, se tiene que hacer una parada en Cholula. A menos de 10 kilómetros del centro de la capital poblana se encuentra el Valle de Cholula, congratulado como Pueblo Mágico. Aquí se conjuga el pasado colonial con raíces indígenas para dar paso a zonas arqueológicas, mil y un iglesias y conventos.

 

Re visitar Puebla en Familia

 

Este pueblo tiene mucho encanto, buena vibra y más de 2,500 años de antigüedad. Y como testimonio de esto, en su corazón se erige la Gran Pirámide, con el basamento piramidal más grande del mundo con 450 metros por lado. Lo que la hace aún más notable es que en su cima se estableció el Santuario de los Remedios, cuya imagen se puede disfrutar (en días despejados) completa como postal con el Popocatépetl de fondo.

Entres sus 37 iglesias Cholula es conocida por sus iglesias, calles empedradas, edificios coloniales y plazas, también se percibe un ambiente relajado al ser sede de dos universidades. De ahí que se han levantado varias terrazas, jardines y restaurantes.

 

Cervecería Cholula

 

Dentro de estos conceptos se encuentra Cervecería Cholula, lugar que ya teníamos en nuestra bucket-list. Es una fábrica de cerveza artesanal que te recibe con el lema de «Buena Cerveza, Buena Vida”, y que ahora cuenta con su restaurante a un lado. Ahí también se alza un amplio jardín y un área de niños, además es pet friendly y, si te interesa, te pueden dar un tour por la cervecería.

Mientras papá y mamá probaron la golden ale llamada Vagundo, los niños se refrescaron con el agua fresca del día: piña, guayaba y menta. Como es de costumbre, pedimos comida al centro y así llegó a la mesa (nuevamente) un plato de chalupitas; chicharrón de calamar con papitas de Cambray fritas y verdolagas; un ceviche de cecina y, de postres, paletas heladas.

 

Platillo en Cervecería Cholula

 

No hay duda que se pasa una tarde muy agradable en este idílico jardín en el cual también puedes armar la retita de petanca; en esta ocasión, las chicas ganaron.

De regreso a casa, con los sabores de Puebla impregnados en el paladar y los momentos familiares grabados en la memoria, pensé que esta ciudad es, ante todo y sobre todo, una divina mezcla donde coexisten armoniosamente urbanismo moderno, arquitectura colonial, rica gastronomía y espacios para divertirse en familia. Con más de cuatro siglos de vida y más de 100 iglesias, esta ciudad fue sin duda la consentida del clero y, ahora, de los viajeros que la han visitado y comido.

¿Listos para (re)visitar Puebla con este viaje familiar?

 

En estas vacaciones de Semana Santa, también pueden escaparse a Valle de Bravo para practicar glamping y conocer un auténtico (y muy cool) restaurante kid friendly.