Si tuviéramos que elegir una palabra para definir la esencia de los tequilas Don Julio, sin duda, esa sería pasión. La misma que llevó a Don Julio González a crear uno de los tequilas más finos de México y a revolucionar una industria que hasta entonces había dejado de lado la calidad del producto.
Para conocer más sobre su proceso de elaboración, viajamos hasta Atotonilco, una comunidad ubicada en la región de los Altos de Jalisco. A aproximadamente dos horas de la ciudad de Guadalajara. Allí, nos encontramos con Enrique de Colsa, maestro tequilero de Don Julio desde hace 18 años, quien nos habló de su labor como responsable de mantener la consistencia en la calidad. Y también el sabor distintivo de cada botella de la marca y de su experiencia trabajando hombro a hombro con el personaje que le dio su nombre a esta casa tequilera.
“Lo primero que hacía por las mañanas era desayunar y salir a recorrer sus campos de agave”, dice Enrique, mientras nos cuenta algunas de las anécdotas que vivió a lo largo de ocho años trabajando junto a Don Julio González. “Su esposa decía que los quería más que a ella. Y es que, para Don Julio, los agaves también eran parte de su familia”.
Es ahí, en los campos de tierra color rojizo de Atotonilco, donde nacen los agaves que posteriormente se convertirán en un elegante destilado que deleita los paladares de todo aquel que pone una botella de Don Julio en su mesa. A cada planta se le brinda un espacio considerable de terreno para que crezca y desarrolle a su máximo potencial por alrededor de seis años, tiempo en el que alcanza su madurez para ser jimada y procesada en la destilería La Primavera, donde se producen las diferentes variedades de tequila Don Julio desde 1949 (la marca existe desde 1942).
Mientras recorremos sus instalaciones, podemos notar que el amor por el campo y sus bondades es un común denominador en cada una de las personas que trabajan aquí; desde los jimadores, cuya tarea es separar las pencas de la piñas maduras, hasta los encargados de hacer que estas alcancen su punto exacto de cocción en los hornos de mampostería .
Durante la cata guiada que disfrutamos en las instalaciones de La Primavera, surge una pregunta recurrente para muchos: ¿cuál es la mejor manera de tomar tequila? “La mejor manera es tomarlo es en compañía de los amigos”, dice el maestro tequilero Enrique de Colsa, quien también se declara fanático de la coctelería con este destilado. “He probado cosas increíbles y otras que no lo son tanto”, confiesa, “pero no hay límites cuando se trata de un buen tequila”.
Don Julio González siempre le fue fiel a la comunidad que lo vio crecer hasta convertirse en un personaje legendario, al cual todos recuerdan por su humildad y cercanía con la gente, más allá de su gran éxito. Por ello, y sin importar la etiqueta de Don Julio que elijas, ya sea blanco, reposado, añejo, el célebre Don Julio 70 cristalino —creación de Enrique— o alguna de sus etiquetas premium, como Don Julio 1942 o Don Julio Real, disfrútalo con la seguridad de tener un gran producto en tus manos, hecho con la misma pasión y calidad artesanal desde 1942. donjulio.com