Honrar la riqueza de la tierra, enaltecer las tradiciones ancestrales y exaltar la diversidad cultural de Oaxaca, fueron los ejes que motivaron e inspiraron la experiencia de Día de Muertos creada por mezcal Montelobos. Texto: Arcelia Lortia / Fotos: Cortesía.
La aventura, de tres días, cargada de tradición y envuelta por el esplendor de las flores de cempasúchil, inició con una noche de comparsas. Sí, ese típico recorrido que a la luz de la luna pone a bailar a cualquiera, pues la música de banda, los coloridos trajes típicos de diferentes regiones oaxaqueñas y sus magníficos personajes disfrazados de seres fantásticos alusivos a la muerte hacen único este recorrido, donde el telón de fondo son sus casonas coloniales y el cielo estrellado.
El recorrido cargado de algarabía concluyó en Proyecto Murguía, un espacio de arte, diseño e historia que fungió como el escenario de una cena a la luz de las velas, donde el chef oaxaqueño Rodolfo Castellanos del restaurante Origen, ideó un menú de cuatro tiempos, en el que, con ingredientes endémicos de la región y su cocina contemporánea, sorprendió a los asistentes.
Montelobos honra la riqueza Oaxaqueña
Para continuar honrando la riqueza de Oaxaca, la experiencia incluyó una visita a Yagul, una zona arqueológica donde fueron halladas las primeras evidencias de la agricultura en el continente americano.
Ahí, frente a lo que alguna vez fue una importante ciudad zapoteca, Iván Saldaña, master distiller, especialista en agave y fundador de Montelobos, comparte que el maguey tiene más de 10,000 años de existir y que, si bien, con la conquista, los españoles trajeron las técnicas de destilación, el proceso de elaboración artesanal y la riqueza de la tierra hacen única esta bebida espirituosa.
Explicó que, actualmente, se conocen 35 especies para elaborar mezcal y que el maguey espadín es el más común, el cual representa el 74% de los agaves utilizados.
Para conocer más sobre esta espirituosa, la siguiente parada fue en el municipio de Santiago Matatlán, considerado la capital mundial del mezcal, donde se encuentra el palenque de Montelobos. Ahí, entre hileras de agaves, los asistentes conocieron el delicado y artesanal proceso de elaboración de esta bebida.
Tras conocer más del mezcal, rodeados de agaves y con los hornos de piedra de fondo, disfrutaron de una comida tradicional oaxaqueña musicalizada por los Astros de Mendoza, un dúo de electrocumbia formado por Alan Olivas (Pirul) y Diego H que nació en el 2012, que los hizo bailar hasta que los rayos del sol se ocultaron en el horizonte.
Los colores de la tradición
Después de descubrir todo sobre las bondades del mezcal, los invitados de Montelobos, visitaron San Martín Tilcajete, uno de los dos pueblos de Oaxaca que se dedican a la elaboración de animales fantásticos tallados en madera. Sí, esos que se conocen mundialmente como alebrijes.
Ahí se encuentra el taller de Jacobo y María Ángeles, un lugar mágico que no solo comparte a detalle la creación de los alebrijes, sino que también preserva y difunde con orgullo este oficio. En este sitio, esas figuras zapotecas, también son llamadas tonas y nahuales, es decir, animales de protección y seres espirituales fantásticos.
El cierre de esta experiencia de Montelobos fue con la exclusiva Noche de Lobos, un evento, a la luz de las velas, cargado de tradición, música, gastronomía típica y, por supuesto, una gran diversidad de cocteles a base de mezcal.
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