Comer en la calle es parte de nuestra cultura como mexicanos. Y es que prácticamente en cada esquina de nuestro país podemos encontrar todos los tipos de platillos para satisfacer nuestro antojo.
Los tacos, elotes, tostadas, tamales, quesadillas y huaraches son parte de nuestra dieta como capitalinos; sin embargo, el resto del país también cuenta con un sinfín de antojitos que deleitan el paladar de quien ha tenido la fortuna de saborearlos.
Por ello, el pasado 13 de mayo, nos trasladamos hasta el Pueblo Mágico de Metepec, donde fuimos testigos de la primera edición de México con las Manos, un festival culinario organizado por el gobierno del Estado de México, en conjunto con W Radio.
Durante nuestro recorrido por el evento, nos encontramos con más de 200 platillos callejeros provenientes de estados como Michoacán, Oaxaca, Zacatecas, Chihuahua, Hidalgo, Coahuila, Veracruz y Yucatán. Así como de 13 municipios y Pueblos Mágicos del Estado de México, como Amecameca, Malinalco y El Oro.
Nosotros decidimos empezar con el postre, así que nos dirigimos hasta el stand de Veracruz, donde doña Lety nos ofreció una gordita de piloncillo con queso fresco, la cual nos abrió el apetito para continuar con otra delicia dulce típica del estado de Yucatán: las marquesitas, una especie de crepa crujiente rellena de queso edam y algún ingrediente extra como crema de cacao, cajeta o mermelada.
Ya con el paladar endulzado, continuamos con los tamales de chaya con queso, también de Yucatán, el asado de bodas de Zacatecas, el sope de chawis (escarabajos de campo) de Hidalgo y finalmente con el stand de Tlaxcala que, sin duda, de todos, fue nuestro favorito.
Ahí, nos recibió Nicolasa Hernández, quien nos ofreció una exquisita sopa de tlatlapas (frijoles tostados), un suculento pipián con carne de puerco y un vaso de aguachile verde para cerrar con broche de oro nuestra visita.
Además de deleitar el paladar de sus asistentes, el objetivo principal de México con las Manos es apoyar y difundir la riqueza de nuestra gastronomía a través del comercio justo y el trato directo con los productores, campesinos y cocineras, lo cual, seguramente, atraerá a más municipios y estados a sumarse a las siguientes ediciones, y a todos nosotros, a probar los tesoros culinarios que cada uno tiene para ofrecer.