Antes de nuestra experiencia del 31 de agosto, donde cuatro ganadores vivirán una experiencia exclusiva con el destacado chef chocolatero José Ramón Castillo, decidimos seguir al creador de Que Bo! Chocolatería Mexicana Evolutiva por su día a día, para conocer su proceso creativo y su libertad de ser único abordo del Nuevo CrossGolf. Fotos: Charly Ramos.
La cita fue en Que Bo! de Polanco, donde José Ramón ya se encontraba preparando una de sus deliciosas bebidas a base de cacao, la de metate dulce. Mientras él terminaba, yo admiraba los nuevos diseños de sus bombones, además de los macarrones y la colección que ha crecido a través de los 10 años en los que ha ido evolucionando poco a poco. Después del dulce trago, nos subimos al Nuevo CrossGolf y estábamos listos para dirigirnos al mercado para comprar algunos ingredientes para un platillo especial.
Ya dentro del primer Station Wagon Cross, José Ramón mencionó lo espacioso que era el auto y lo mucho que le gustaba el techo panorámico que dejaba entrar bastante luz. Al encenderlo, apenas se sintió el arranque, el motor casi no se oía. Con un solo dedo, José Ramón fue capaz de mover el volante gracias a la fantástica dirección hidráulica. El paso por la calles de la Ciudad de México pasaban con ligereza debido al espacioso interior.
Nos estacionamos fácilmente gracias a los espejos retrovisores de gran formato y apagamos el nuevo CrossGolf. En el mercado, el chef chocolatero José Ramón caminaba entre los pasillos buscando fruta fresca, levantando algún mango o una manzana verde. Escogió algunos frutos rojos y también maracuyá para lo que se le fue ocurriendo en el camino. También compró varios ingredientes más y nos dimos cuenta que era hora de irnos.
La amplia cajuela permitió que colocáramos las bolsas sin mucho problema; en realidad sobraba mucho espacio y José Ramón mencionó que sería fácil poner varias cajas de bombones en ésta sin ningún esfuerzo. En definitiva, un rasgo que cualquier cocinero o familia podría apreciar. Nos despedimos y José Ramón aceleró en el nuevo CrossGolf.
Al día siguiente nos quedamos de ver en el Mercado Roma, donde hay una pequeña sucursal de Que Bo!, donde los llamativos bombones se dejan apreciar. José Ramón me comentó que mientras manejaba el nuevo CrossGolf, se le fueron ocurriendo varias ideas para un postre y estaba dispuesto a intentarlos.
Así salimos del lugar y nos volvimos a subir al cómodo automóvil. José Ramón se emocionó y me comentó lo mucho que había disfrutado el nuevo CrossGolf de Volkswagen. Me señaló que después de arrancar, cuando se hace alto total, casi al instante el motor se apaga, ahorrando así gasolina, algo de suma importancia en la Ciudad de México.
Sin ningún problema el auto avanzaba por las avenidas hasta que llegamos a nuestro destino. Pronto José Ramón se puso a hacer mil preparaciones. Primero hizo una namelaka, la cual, me explicó, era una mezcla entre un cremoso y un mousse, al cual dio un baño espejo con una ganache al 85% cacao. Luego incorporó un pequeño cubo de su clásico brownie. Decidió hacer un camino de chocolate para unirlos y a las otras piezas. Sumó un budín de brioche e higos y después una tierra de pistache. Adornó con dos jaleas, una de frutos rojos y otra de maracuyá, de las que había comprado el día anterior; y terminó todo con láminas al 85% cacao.
Al final, se veía la inspiración en el nuevo CrossGolf: el camino sinuoso de chocolate, todos estos elementos y detalles bien cuidados que se acoplaban de manera perfecta, como lo hacen las partes del automóvil. Hasta llegar a una dulce victoria, un destino: la libertad de ser único.