Todo comenzó con una conferencia llamada “Todos a bordo”, que la chef Josefina Santacruz impartió durante el pasado Foro Gastronómico Paralelo Norte, en la cual habló de los millones de migrantes centroamericanos que transitan por México camino a Estados Unidos. Poco a poco este hecho evolucionó en un proyecto que Josefina ha abrazado con el corazón.
El primer evento de dicho proyecto fue una subasta fotográfica
En beneficio de la organización religiosa SMR Scalabrinianas: Misión con Migrantes y Refugiados, en la cual se recaudaron 60 mil pesos con el objetivo de crear un albergue en la Ciudad de México. Especial para los migrantes menores de edad que necesitan ayuda.
“La 72”
Ahora, a Josefina se une la chef Gaby Ruiz para dar la primera cena a beneficio del albergue “La 72”, la cual se llevará a cabo en el restaurante Gourmet MX, ubicado en Villahermosa, Tabasco, el 12 de julio de 2016. Y tendrá un costo de $900 pesos, monto que se destinará íntegro para los migrantes. Antes del evento, las dos chefs cocinarán los días 9 y 10 de julio en “La 72” para conocer más del esfuerzo de Fray Tomás —quien maneja el albergue— y todos sus voluntarios.
Fray Tomás González cree que los migrantes provenientes de Honduras, El Salvador, Guatemala y otros países de Latinoamérica merecen un trato digno mientras están de paso en México. Es el primero de muchos albergues y comedores que ofrecen descanso, alimentos, pero sobre todo esperanza a aquellas personas que salieron de sus países debido a la violencia, el narcotráfico y la falta de trabajo.
Problemas de migración
Josefina señala que no se tiene que voltear a Europa para ver problemas de migración, sino que ocurren aquí mismo, en México, donde a este gran grupo se le conoce como Los Invisibles, porque no tienen papeles y algunos de ellos ni siquiera familia.
Gaby decidió unirse pues, desde que presenció la conferencia de Josefina, cambió su percepción de la situación, al admirar las imágenes del tren La Bestia y Las Patronas arrojando bolsas de comida a los migrantes. Admite que el problema es parte de su estado y también del país, pero no porque las personas que cruzan buscando una mejor vida sean peligrosas, sino por los muchos peligros que ellos atraviesan, como robos, violaciones y golpizas, cuestiones para nada ajenas.
Josefina cree fervientemente que desde la trinchera de las cocinas se puede hacer mucho: enseñar diferentes preparaciones a la gente de los albergues y los comedores; que las escuelas de gastronomía manden a sus alumnos a esos lugares para realizar su servicio social, e incluso enseñarles el valor nutritivo de algunos ingredientes como el pinole o el amaranto. La idea es dar esperanza a través del estómago con preparaciones ricas y nutritivas.
Por el momento Josefina invitará a más chefs para ofrecer cenas a favor de los diferentes lugares donde se ayuda a los migrantes; la meta es sacarlos de la invisibilidad y que la gente apoye con lo que pueda: una lata de atún, un kilo de frijoles, pan, tortillas, huevo o incluso un par de tenis y ropa interior nueva para evitar las infecciones y varias enfermedades.