Tan seductora e irresistible que su contenido calórico en realidad no nos importa. Así es el foodporn, término usado para mostrar platillos que provocan lujuria y gula en quien los observa. Si lo buscas en la red social Instagram, verás un resultado enorme: 127 millones 934 mil 088 publicaciones sobre el mismo, aproximadamente. ¿Qué tiene este concepto que lo hace tan popular?
Si tradujéramos literalmente al español foodporn, el resultado sería comida pornográfica, lo que no suena muy bien que digamos. Sin embargo, cabe aclarar que aunque su nombre lo indica, en realidad el foodporn no es necesariamente sexual, de hecho sus mejores representaciones son en un plato, colmado de preparaciones deliciosas que hacen salivar a cualquiera. Eso si, su objetivo es despertar el deseo o apetito voraz del espectador.
Podía no parecerlo, pero en realidad la expresión foodporn nació hace 33 años, cuando en 1984 Rosalind Coward, escritora británica, la usó en el libro Female Desire. Para ella, cocinar alimentos y presentarlos de forma maravillosa era una forma de expresar cariño. Algunas situaciones apuntan que, fue el chef y autor estadounidense Anthony Bourdain, quien contribuyó considerablemente a la masificación de la palabra, pues hizo un especial en el 2012 llamado de Esta manera.
Los ejemplos perfectos son los cortes de carne, pizzas o sándwiches con queso derretido, postres con chocolate que se desliza, helados cremosísimos en conos enormes… sin duda hay muchos más por decir. Afortunadamente para nosotros los mexicanos, en nuestro país existe más de un platillo que nos hace caer en la glotonería. Enchiladas, chilaquiles, pozole, carnitas, gorditas, hojaldras, quesadillas, pambazos… ¡La lista podría parecer interminable!
¿Cómo son las imágenes foodporn?
Lograr una imagen que sea puramente foodporn es un trabajo en equipo: tanto del chef como del fotógrafo. Ambos deberán presentar sus mejores habilidades para que el platillo desborde atracción y provoque deseo al primer vistazo.