En el aire, el mayor embajador de la joie de vivre es Air France; por eso en sus cabinas La Première y Business ofrece platillos únicos creados por algunos de los más importantes chefs franceses, para deleite de los viajeros que gustan de consentirse.
Hablar de Air France es sinónimo de lujo, sofisticación, elegancia y platillos refinados. Para la aerolínea, consentir a sus clientes es lo más importante, y no se trata solo de la comodidad de las cabinas Business y La Première o el excelente servicio que se goza desde antes de subirte a un avión; también incluye la experiencia sensorial obligatoria de sus vuelos de larga distancia: la comida. Por eso ha sumado a varios chefs de estrellas Michelin a su propuesta gastronómica en el aire. Entre los más famosos embajadores de la cocina francesa a bordo se encuentran Joël Robuchon, Guy Martin, Anne-Sophie Pic y Michel Roth, prueba de la exigencia constante que tiene Air France para deleitar con lo más sublime a los pasajeros.
Un buen menú necesita un maridaje excelente, así que también la oferta de vinos y licores se renueva constantemente, prestando atención a la riqueza de etiquetas francesas. Paolo Basso, conocido por haber sido galardonado como el mejor sommelier del mundo en 2013, realiza la selección de la aerolínea. En el caso de las cabinas La Première y Business, son Michel Bettane y Thierry Desseauve, los autores de la Guía de vinos franceses, quienes hacen la curaduría de su carta. Cada año más de un millón y medio de botellas de vino y ochocientas mil de champaña se sirven en los vuelos a diferentes destinos de Air France. Además, es la única compañía que ofrece champaña a todos los pasajeros en sus vuelos internacionales de largo alcance.
La simplicidad ecléctica de Yves Camdeborde
Nativo de la provincia de Bearne, Francia, aprendió su arte en algunos restaurantes de hoteles de renombre, como el del Ritz de París, pero su influencia más grande es la del chef Christian Constant, en el Hôtel de Crillon. Ahora es dueño del hotel Le Relais Saint Germain y su restaurante Le Comptoir, ubicados en el barrio Saint-Germain-des-Prés, también en la ciudad de París. Su cocina se centra en la simplicidad de balancear los sabores, el contraste de texturas y la progresión de los platillos. Yves se enorgullece de usar productos de calidad para crear una gama ecléctica de recetas, en las que lo más importante es mostrar su propia mezcla entre cocina de bistró y gastronomía clásica francesa, que la gente ha nombrado bistronomía.
Para Air France, Yves diseñó seis platillos que estarán disponibles durante seis meses de este año en la clase Business, en los vuelos de largo recorrido con salida desde el aeropuerto París-Charles de Gaulle. Los platos se renovarán cada 15 días para sorprender a los clientes con delicias como el bacalao y salmón ahumado con manzana y apio, queso parmesano rallado, girasol y pimiento de Espelette; confite de pierna de ternera con conserva de limones, alcachofas y penne en salsa blanca, o el pollo al estilo Tajine con cúrcuma, sémola fina, naranja china y alforfón.
Las estaciones de la mano de Daniel Boulud
Este increíble chef, reconocido por sus múltiples restaurantes galardonados en el ámbito internacional, ha llenado a Estados Unidos del sabor de Francia desde 1982. Fue su infancia en la granja familiar —en la pequeña villa de Saint-Pierre-de-Chandieu, en la región del Ródano— lo que inspiró a Daniel a ir con las temporadas y crear menús con ingredientes de primera calidad en sus 16 restaurantes, dentro de los cuales se incluye el homónimo Daniel, en Nueva York, reconocido como uno de los mejores restaurantes en el planeta.
Sus platillos están disponibles desde marzo de este año y hasta el siguiente, tanto en la cabina La Première como en Business, en vuelos que salen desde 11 ciudades de Estados Unidos, como Nueva York, Los Ángeles y Washington. En las preparaciones se nota la mezcla sutil de su herencia francesa con la modernidad estadounidense. Su langosta del Atlántico en salsa de curry de coco, con arroz negro y bok choy y su chuleta de cordero provenzal con pesto de zucchini, jitomate y polenta de queso están disponibles en La Première. Mientras que los sabores en Business son más especiados y exóticos sin perder su afrancesamiento, como el salmón con hinojo, garbanzo y zumaque, o su pollo a la vasca con chorizo, pimientos y arroz azafranado.
El prodigioso Guy Martin
Este chef autodidacta proviene de Saboya, Francia, y desde los 17 años empezó su carrera en el mundo de la gastronomía. Su primera estrella Michelin la recibió en 1984, a los 27 años de edad, con solo seis meses en el hotel Château de Divonne y con tres personas a su cargo. Su cocina está plagada de la inspiración que Guy encuentra en un souvenir de viaje, un color llamativo, un aroma perdido, una sensación fuerte o una emoción pura, cuestiones que se traducen en platillos inventivos con técnicas clásicas.
Su menú estuvo disponible en abril y mayo de 2015, en la cabina La Première, en los vuelos que partían del aeropuerto de París-Charles de Gaulle y en toda la red de recorridos largos de Air France. En abril la gente pudo degustar un rack de cordero con jugo de salvia, chícharos y jitomate provenzal, y el filete de pato marinado con jugo de vegetales, brunoise de tomates y un mini ratatouille. Mientras en mayo se ofrecía un rodaballo con ras el hanout (una mezcla de especias de África del Norte) y pay de camote o el pollo con camarones en salsa. Todo parte del programa que desde diciembre de 2011 la aerolínea tiene, en el cual se producen menús cada dos meses con chefs de renombre para clase La Première.
La intuición golosa de Anne-Sophie Pic
Nombrada como la mejor chef femenina del mundo en 2011, también es la única cocinera francesa con tres estrellas Michelin por su restaurante Maison Pic, en el sureste de Francia. Anne-Sophie se graduó de la carrera de Administración y, al principio, decidió no seguir los pasos de su padre, el chef Jacques Pic, y su abuelo, André Pic, en la cocina. Sin embargo, su verdadera pasión la llevó de vuelta a los fogones donde su intuición le permite crear platillos emocionalmente bellos. En su gastronomía refleja una mezcla afortunada de sabores, una búsqueda constante por añadir complejidad y un reforzamiento de lo aromático, aunque todo expresado de manera delicada.
Durante agosto y septiembre de 2015 esta chef sobresaliente diseñó una entrada y cinco platos calientes para la cabina La Première, en todos los vuelos de largo alcance que salían del aeropuerto París-Charles de Gaulle. La entrada era un puré cremoso de pepino. Durante agosto se servían unos ravioles de carne en un consomé de foie gras acompañado con media langosta y apio o el pollo criado en libertad con chutney con dátiles picantes. Para septiembre estaban presentes los langostinos ligeramente cocinados con especias dulces y la espiral de lenguado con ravioles de acelga.
El respeto al ingrediente de Michel Roth
Ganador del premio Bocuse d’Or y el título de Meilleur Ouvrier de France, ambos en 1991, este chef es reconocido por su autenticidad, simplicidad y, sobre todo, humanidad, pues cree en defender a los productores locales franceses y respetar las técnicas de la cocina que lo vio crecer. Lo suyo es una mezcla entre el rigor y la creatividad que le merecieron dos estrellas Michelin mientras trabajaba en el restaurante L’Espadon.
Los platillos que el chef diseñó para Air France se empezaron a servir el 1 de febrero de 2013 y duraron ocho meses. Además, Michel reveló personalmente sus creaciones en la clase Business durante un vuelo a Montreal, con ayuda de dos chefs de la empresa de catering Servair (una subsidiaria de la aerolínea): Michel Quissac y Roger Passet. Entre los tres contestaron las preguntas de los pasajeros, mientras les servían ternera cocinada a fuego lento con verbena y fricassée de vegetales, pato glaseado con granos de pimienta crudos, miel de cítricos y mango y piña caramelizados, además de un calamar y camarón en salsa de langosta al estragón, arroz rojo y espinaca baby.
El chef del siglo: Joël Robuchon
Nombrado así por la guía Gault & Millau, este cocinero es mejor conocido por tener la mayor cantidad de estrellas Michelin en el mundo, más de 25 entre todos sus restaurantes. Una de sus proezas más conocidas son las estrellas que ostentaba su restaurante Le Jamin, ubicado en Reims, Francia. Lo abrió en 1981 y para el siguiente año ya tenía la primera, al siguiente ganó la segunda y tres años después ya contaba con la máxima calificación de la guía Michelin, algo nunca antes visto.
También es el chef que más ha colaborado en los menús que se ofrecen en la cabina La Première. En junio de 2015 ofreció langosta de penne elaborado con maíz en salsa de coralina (un alga de color rojizo) y gallina de Guinea asada y jardín de chícharos. Mientras en noviembre de 2014 sirvió un duck confit desmenuzado con trufa y puré de papa gratinado, además de un tartar de salmón con caviar y brotes de shiso.
La naturaleza al plato por Régis Marcon
Nacido en la comuna francesa de Saint-Bonnet-le-Froid, en la región de Auvernia, Francia, la pasión del chef siempre ha sido la cocina de su región y los productos locales con los que elabora los platillos de su restaurante Le Clos des Cimes, con tres estrellas Michelin. Tanto así que dos hongos de piedra se encuentran en la entrada del lugar, haciendo referencia a los hongos que se consiguen en los alrededores. También usa castañas, lentejas verdes de Le Puy y la carne veteada de Fin Gras du Mézenc.
Para Régis lo más importante es la herencia que demostró durante seis meses, empezando en abril de 2014, con su estofado de lentejas verdes con camarones, su espaldilla de cordero con higos y su pollo criado en libertad con hongos colmenillas negros. En el caso del chef Régis Marcon, él se subió el 22 de abril de 2014 a un vuelo de Air France que iba de Tokio a Narita para presentar personalmente sus platillos a los pasajeros de clase Business.
El más dulce final por Lenôtre
En 1947, Gaston Lenôtre abrió su primera tienda en Normandía, Francia. Para 1957, junto con su esposa Colette, compró una tienda en París, en 44 rue d’Auteuil; desde entonces todo mundo en Francia conoció sus delicadezas dulces. Luego vino el catering y por último abrió la escuela de la que tantos chefs reposteros han egresado.
Para febrero y marzo de 2014, su chef ejecutivo, Guy Krenzer, diseñó una selección de postres especiales para los clientes de clase La Première. Éstos estaban inspirados en un viaje que Guy hizo a África. Así presentó un crumble de plátano y chocolate que realzaba el aroma a pera, y un entremés Zigzag, que manejaba un balance excelso entre avellana y chocolate. Con esto Air France demostró y sigue demostrando que hasta el último bocado es importante, sobre todo si te encuentras a miles de metros de altura en sus cabinas más lujosas. airfrance.com.mx