La Europea siempre busca las mejores etiquetas en el mundo para ofrecerlas a sus clientes. Para una ocasión sin igual, trajo al enólogo Jean-Philippe Delmas, del grupo Clarence Dillon Wines, con el objetivo de catar los mejores vinos que ofrece, entre éstos un clásico de la región de Burdeos: Château Haut Brion.
El maridaje con Châteaux
Empezamos con el Clarendelle Blanc 2015 y el Clarendelle Rosé 2015; Jean-Phillippe nos explicó que son vinos más genéricos de menor precio. Pero respaldados por la bodega, lo que les permite tener un precio cercano a los $450 MXN y calidad digna de Burdeos.
Éstos fueron maridados con un amuse-bouche preparado por el chef Said Padilla, quien acaba de tomar el mando de los fogones de LIPP La brasserie. Cuya combinación jugaba con la acidez de las dos etiquetas mientras destacaba las notas a manzana verde. Jean-Phillipe nos comentó que es el primer Rosé de la casa, así que han hecho adaptaciones para crear un producto del agrado de sus clientes.
Cada uno de los vinos fue un fiel representante de Burdeos, en particular, y Francia, en general, pues se notaba un refinamiento que Jean-Phillipe nos iba explicando, ya fuera por la baja producción para mantener una calidad superior o el respeto a la uva, desde que nace en la vid hasta que se le recolecta con el mayor de los cuidados.
Entre los nueve vinos maridados, destacaron Château La Mission Haut-Brion 2008 y Château Haut-Brion 2004, que pudieran parecer iguales pero son de diferentes parcelas, pues enfrente de la casa emblemática de la familia Dillon, los separan 50 metros de distancia. Esta diferencia que parece casi insignificante, insistió Jean-Phillipe, se nota en boca. Château Haut-Brion se percibe más sutil, discreto al principio pero con un final prolongado; en cambio, Château La Mission Haut-Brion es más seguro desde el inicio, un vino redondo de buenos taninos; ambos maridados con el cachete de cerdo estilo miroton (salsa) del chef Said.
Uno de los que más le emocionó presentar a Jean-Phillipe Delmas fue el Château Quintus, nombrado así por ser la quinta propiedad de la familia. Se decidió renombrarlo porque el nombre original, Château Tertre Daugay, era conocido en la región de Saint-Émilion, pero no fuera de ésta. Luego, con la compra de la propiedad vecina, Château L’Arrosée, el cambio de nombre pareció justificado para elaborar un vino único jamás probado, pues Jean-Phillipe afirmó que ningún vino se parecerá nunca a otro, ni siquiera a sí mismo, antes o después.
Por eso vale degustarlos con tiempo y calma. Lo más importante es que todas las etiquetas estarán disponibles en La Europea para todos los amantes de los grandes Châteaux de Burdeos.