Ante la demanda -y evidente necesidad- de extender o replantear un menú para llevar, sobre todo en los restaurantes que nunca habían tenido esta opción, también llegaron nuevos retos. Entre ellos, buscar los mejores empaques sustentables, mejorar los tiempos de preparación y activar una tienda en línea o ventas por medio de redes sociales. Pero, sin duda, el uso de apps de delivery o aplicaciones telefónicas para entrega de comida a domicilio es una herramienta que tomó fuerza con la pandemia. Fotos: Adobe Stock / Pixabay.
Aunque algunos ya hacían uso de ellas, para la supervivencia de los restaurantes fue necesario emplear uno o más de estos recursos con el fin de no disminuir las ventas. Es así como llega una época de oro para las apps de delivery, en conjunto con la democratización del e-commerce. Tanto así, que el estudio de ventas del 2021 de la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO) ubica la comida a domicilio como el servicio de mayor interés para compras de los consumidores.
Puntos a favor y en contra
Los restaurantes que no cuentan con la logística de su propio servicio de envíos encuentran un punto de apoyo en las apps de delivery, gracias a que son mecanismos que amplían su oferta culinaria en un rango de kilómetros considerable. También es innegable que tienen otros beneficios que ofrecen seguridad a los consumidores, como el hecho de facilitar los medios de pago, invertir menos tiempo en acudir hasta el establecimiento o incluso reducir el riesgo de contagio del Coronavirus.
Sin embargo, en el momento que se convirtieron en una necesidad del día a día y, por ende, en una mina de oro de la pandemia, fueron más notorios sus puntos negativos. Entre ellos está el nulo apoyo que ofrecieron a los restaurantes durante el primer semestre de contingencia.
«Una de las cosas que quedó muy clara fue la falta de solidaridad de las aplicaciones, nunca hubo un ápice de sensibilidad de decir voy a disminuir mis cuotas. Nos hemos tenido que estar haciendo cargo de nuestro propio trabajo para no estar perdiendo más dinero», señala el Fernando Martínez Zavala, chef propietario de Migrante. Así, con comisiones de hasta el 30% más IVA hasta enero de 2021, las tarifas excesivas de las apps de delivery no solo representan una repercusión en la economía de los negocios, sino también para los consumidores.
Nuevas batallas ganadas
Ya existe un primer esfuerzo en tomar cartas en el asunto. El Gobierno de la Ciudad de México y la Secretaría de Economía reconocen tres principales apps de delivery, que son Rappi, Uber Eats y Didi Food y lograron un acuerdo con ellas para reducir los porcentajes de comisiones, en beneficio del sector restaurantero. Tras una serie de diálogos, se acordó reducir hasta un 50% el cobro de comisiones a los restaurantes sin que afecte a consumidores o repartidores. Esto aplicará para los estados que se encuentren en semáforo rojo.
Ante este acuerdo, Didi Food lanzó una campaña para eliminar comisiones a nuevos restaurantes, mientras que para los ya registrados ofreció una disminución del 30 al 22% o incentivos para promocionarse dentro de la app. Rappi y Uber Eats aplicarán una disminución en sus comisiones, que comenzará en febrero, quedando en 16.5 y 17%, respectivamente, mientras que se habla de un 22% para el mes de abril. A su vez, hicieron ajustes en las cuotas de activación y eliminación temporal del cobro de éstas para nuevos restaurantes.
¿Es suficiente?
Con el repunte de contagios a finales del año pasado y el regreso del semáforo epidemiológico rojo, el cierre de los restaurantes fue algo inevitable y con ello vinieron más pérdidas monetarias para los establecimientos, mismos que vienen arrastrando meses históricos marcados por una crisis económica. El acuerdo logrado por las tres principales apps de delivery en México podría aminorar, de ahora en adelante, los efectos que causaban las comisiones excesivas, como tener que subir el precio de los platillos o asumir los cargos correspondientes a las cuotas del servicio.
Una posible solución es la que señala el chef Guillermo González Beristáin: «Lo que tiene que hacer cada restaurante es ver la forma más creativa en la que los clientes dependan menos de una plataforma. Si un consumidor pide directamente hay un ahorro de entre el 20 y 30%, creo que lo que tenemos que hacer es comunicar esa opción, así el dinero se va a quedar con la gente de casa«.
Una cosa es cierta, el consumidor tiene la última palabra a la hora de decidir si usa o no una aplicación, así como posee la capacidad de elegir la que mejor le conviene y retribuye un servicio de calidad, proporcional a lo que está pagando.