Uno de los restaurantes mexicanos más queridos está de fiesta. Se trata del restaurante El Bajío de Carmen “Titita” Ramírez Degollado, quien ha dedicado gran parte de su vida a enaltecer la gastronomía de nuestro país. Fotos: Cortesía y Laura Otero.
Un vuelco que cambió la historia de El Bajío
Hace ya 50 años, el restaurante fundado por Raúl Ramírez Degollado y Alfonso Hurtado Morellón, vio la luz en la avenida Cuitláhuac en Azcapotzalco, un 18 de octubre de 1972. Sin embargo, la vida les daría un vuelco que cambiaría el rumbo del restaurante.
A la muerte de don Raúl Ramírez, “Titita” se hizo cargo del negocio que había iniciado su esposo, donde comenzó a implementar su profundo amor por la cocina mexicana en cada platillo. “Porque no me quedaba de otra, porque tenía cinco hijos, porque tenía qué mantenerlos”. Fue así como aparecieron en la carta platillos como el exquisito pipián verde, el mole Xico, las empanadas de plátano y el imperdible mole de olla con cerdo.
Recuerdos de la infancia
Desde entonces, este local al norte de Ciudad de México, resguarda anécdotas y un sin número de platillos que se han reproducido celosamente durante todo este tiempo conservando las recetas familiares tanto de la casa de su madre en Puebla, como la de su padre en Veracruz, que “Titita” guarda como un recuerdo invaluable de su infancia y que ha legado a sus hijas a través de su sazón.
De esta forma el restaurante se fue consolidando entre el gusto de los comensales y, con el paso de los años, El Bajío albergó a artistas, músicos, escritores y cocineros de gran prestigio, entre los que destaca la visita de Ferran Adrià en 2003, quien declaró a la prensa que había comido en el mejor restaurante de cocina tradicional del mundo.
Crecimiento exponencial
En 2006 Carmen «Titita» decidió asociarse con Lino de Prado, Cesáreo Fernández y sus hijos para crecer. Así El Bajío entraría en otra etapa con la apertura de su primera sucursal en el centro comercial Parque Delta que marcó el inicio de su expansión.
Hoy, gracias a la visión del hijo mayor de los fundadores, Raúl Ramírez Degollado, El Bajío ya cuenta con 18 sucursales ubicadas entre Ciudad de México y Estado de México manteniendo, por supuesto, su matriz Cuitláhuac.
“Siempre he estado orgullosa de no haber perdido lo que Raúl, mi marido, inició. Es una enseñanza para mi y para mis hijos ser cumplidos en todas las cosas, comenzando por pagar la renta a tiempo, para poder cumplir 50 años con la cara en alto”, nos confiesa “Titita”.
El secreto de la permanencia
¿Pero cómo se consigue estar en el gusto de los comensales por tanto tiempo? Cada espacio de El Bajío tiene el sello de Carmen, ataviado con artesanías y arte mexicano. Sin embargo, también lo tiene su gente, como las mayoras, gerentes y vendedores, quienes tienen el cometido de ofrecer un servicio impecable en el que cada uno de los comensales se sientan mejor que en su casa.
Pero esto no es fácil. “Hay que tener mucha paciencia, buen trato para los empleados. Ellos también te hacen el negocio. Hay que tratarlos bien, hay que pagarles buenos salarios, como marca la ley. Ellos trabajan mucho o más que nosotros los dueños”, nos dice Carmen “Titita” Ramírez Degollado.
Medio siglo de cocina tradicional mexicana
Como parte de los festejos por los primeros 50 años de vida de El Bajío, se presentó el libro El Bajío, en donde se rememora este viaje, sus recetas y los recuerdos de distintas personalidades, quienes han vivido experiencias únicas en este fantástico lugar.
“Comer en El Bajío se convierte en una máquina del tiempo que nos lleva a lo mejor de nosotros mismos y nuestra cultura”, escribe el periodista y novelista, Benito Taibo, en el prólogo de esta obra.
Así que ya lo sabes, celebra los 50 años de El Bajío, y disfruta este 18 de octubre en su restaurante de Avenida Cuitláhuac, una sopa de fideo bien calientita, unos tacos de barbacoa y otros de carnitas. Mantente pendiente de sus redes sociales, pues tienen grandes sorpresas para ti. Dónde: Av. Cuitláhuac No. 2709, Col. Azcapotzalco. Cheque Promedio: Desde $350.
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