Las reglas pueden acotar la experiencia lúdica de comer. Por ello, Daniel Ovadía y Chava Orozco crearon Nudo Negro, el restaurante donde es posible encontrar el Lado B de la gastronomía. Aquí, las normas se rompen desde la decoración de diseño industrial, en donde destacan las lámparas de neón, alguna portada de los Rolling Stones y la fotografía gigante de un Tiempero (chamán de la agricultura).
La manteleta de papel vaticina una comida hecha para disfrutarse con las manos, con palillos chinos o, incluso, con un pedazo de pan. La carta también ofrece una aventura similar a una bitácora de viaje donde los sabores del mundo se reúnen. Un ejemplo son las albóndigas de prime rib añejado con verduras al wok, bañadas en una salsa rogan josh de hoja de aguacate y cúrcuma que te mantienen al filo de la silla.
El servicio es receptivo y cuidadoso, pero sin perder su toque sorprendente, como cuando al pedir una botella de vino, el mesero sube a la parte alta de la cava por ella con el uso de un rapel. Si se prefiere un coctel, vale la pena sumergirse en el Mint Julep o en el Negroni añejado en barrica o en vidrio. Zacatecas 139, Roma, D.F. (55) 5564 5289