Como si se tratara de un granero en las alturas de la Ciudad de México, en el piso 8 del número 333 de Paseo de la Reforma, encontrarás el restaurante Salazar, que es una auténtica delicia desde que entras a este pedacito de campo en plena metrópoli. La preciosa vista hacia el Ángel de la Independencia te robará el primer aliento. Serán sublimes las postales citadinas que te regalará Salazar, tanto de día como de noche, pero más su cocina de campo. Te contamos todos los detalles. Fotos: Cortesía Agencia FIID / Ana Belen Ortiz.
La cocina del restaurante Salazar es dirigida por el joven, pero experimentado chef Allan Yáñez, también tiene el sello del chef tijuanense Edo Kobayashi, quien es el director creativo. Esta mancuerna es, sin duda, garantía de exquisitos platillos y experiencias.
“Cuando llegué a Salazar me dijeron: ‘queremos hacer un granero, pero que no se sienta que estamos en la Ciudad de México, que sea más casual dining, que se sienta como si estuviéramos en el campo’. A mí me jactan [sic] mucho esos términos, porque realmente la mayor parte de los productos que comemos vienen del campo a la ciudad. Pero lo que nosotros estamos haciendo es más un bistró de campo. Edo me dio libertad de elegir a mi equipo, y es como hemos trabajado poco a poco en empujar Salazar”, nos compartió el chef Allan.
Aquí, tanto las mesas como los platillos son para compartir, por ello las porciones son abundantes y las mesas cómodas y amplias para pasar gratos momentos. Sus platillos son elaborados con ingredientes de temporada, orgánicos y de productores locales, por lo que todo lo que pruebes será fresco y sustentable.
Restaurante Salazar: delicias del campo y del mar en tu mesa
Te recomendamos hacer varias paradas en los diferentes espacios del restaurante Salazar. Puedes comenzar por su barra, disfrutando de unos frescos ostiones de Baja California con salsa mignonette, acompañados de una copa de vino rosado del Valle de Guadalupe; en el restaurante cuentan con una amplia carta de vinos nacionales e internacionales.
Luego pasa a las mesas y déjate consentir con deliciosas entradas como las almejas acevichadas, preparadas con ponzu de jitomate y hummus negro, y sigue con una ensalada de farros (granos de trigo), ideales para comenzar el gran banquete que viene.
“Queremos que en el menú haya muchos platillos con vegetales. Después de la pandemia, la mayor parte de las personas tomaron un poco más de conciencia de lo que comen, y en Salazar tenemos una gran oferta vegetal, en vez de tener una propuesta con tantos animales. Sin embargo, nuestra carta es equilibrada, pero para finales de 2023, me gustaría que el 60% de nuestra carta fuera de vegetales y el 40% de proteína”, nos contó el chef ejecutivo de Salazar.
Otro de lo platillos que nos fascinó, sobre todo por su fusión de ingredientes y frescura, fue el poro braseado con vinagreta de mandarina, mousseline de alcaparras, coronado con ikura (hueva de salmón).
En cuanto a sus platillos fuertes, sin duda debes probar su medio pollo orgánico, ahumado y rostizado, de Granja Kobayashi, servido con gravy de pollo y verduras confitadas, de sabor exquisito, que por esta ocasión no querrás compartir. O el arroz negro con tinta de calamar y brocheta de chipirón.
Pero si eres más de carne, también tienen el chuletón de cerdo, el New York steak o el rib eye añejado de Pat Lafrieda, platillos que por sí solos constituyen un abundante banquete.
¿Y los postres? No te vayas sin antes haber probado su París Brest, que te retamos a que te lo acabes y no lo compartas.
Conseguir siempre la excelencia
Para el chef Allan Yañez, antes de pensar en la competencia que implica tener un restaurante en una de las avenidas más importantes de Ciudad de México, lo que tiene en mente es hacer siempre bien su trabajo, y eso es lo que los comensales verán.
“Siempre me han dicho que no vea a los demás y solo me fije en mi trabajo, que todo lo que haga siempre me satisfaga. Muchas veces estoy súper clavado en mi trabajo y luego volteo y veo el Ángel de la Independencia, y es cuando me doy cuenta de dónde estoy y me hace feliz, más cuando veo el restaurante lleno”.
Asimismo, el chef Allan ve llegar muy lejos al restaurante Salazar, pero para eso primero tiene que demostrarse un trabajo constante para ser los mejores en su tipo. Que los comensales sepan que siempre que vayan a Salazar, comerán delicioso y que tendrán un excelente servicio.
“Para llegar a estar en guías o listados, siempre he pensado que primero debes ser el mejor de la calle, luego el mejor de la colonia, luego de la ciudad y luego del país. Claro que me gustaría estar en el mejor restaurante de la Cuauhtémoc, y luego de los mejores de la Ciudad de México, y si se puede, estar entre los mejores del país, y si en una de esas alguno de esos reconocimientos nos llega, sería una satisfacción muy chida. Como me dijo Edo, muchas de esas cosas son un mal necesario y a veces son una punta de lanza, o te motivan para que le chingues más o hacen que todo se te vaya abajo, puede ser un volado”.
Con pocos meses desde su apertura, el restaurante Salazar se ha ido posicionando como el nuevo spot imperdible de la Ciudad de México. No por nada lleva la buena fortuna en su nombre, que se compone por la combinación de dos palabras: «sal», un condimento que fue símbolo de estatus y altamente valorado por las élites romanas, y «azar», vocablo de origen árabe que se refiere a la fortuna y la casualidad. ¿Qué esperas para conocerlo? Dónde: Reforma 333. CH: $1200. IG: @salazar.rest
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