Un viaje por la gastronomía de Luxemburgo, el secreto mejor guardado de Europa

Situado entre Francia, Alemania y Bélgica, el Gran Ducado de Luxemburgo es uno de los países más ricos del planeta, dato que contrasta con su territorio: es la séptima nación más pequeña de Europa, con poco más de 2 mil kilómetros cuadrados de extensión. Con cerca del 54% de su población proveniente de otras partes del mundo, hoy Luxemburgo desea definir la identidad de su gastronomía, en la cual entran las novedades de fuera sin perder de vista los orígenes que la hacen única. En estos restaurantes, espacios culinarios y viñedos, se puede saborear esa búsqueda. Texto: Michael Raphael / Fotos: Gary Latham.

 

Embutidos de gran tradición

 

La charcutería de Luxemburgo debe su calidad ahumada a la región de Ardenas, que colinda con Bélgica. Sus patés recuerdan a Alsacia, y sus platones de jamón curado por 24 meses de la cervecería Béierhaascht con una botella de Lëtzebéier sin filtrar, elaborado localmente, satisfarían a cualquiera.

 

Gastronomía de Luxemburgo

 

 

El alma vegetal de la gastronomía de Luxemburgo

 

El chef René Mathieu es dueño de La Distillerie, situado en el castillo de Bourglinster, en la ciudad de Luxemburgo. Él  describe su cocina como “vegetal” en lugar de vegetariana, de manera que La Distillerie ha sido clasificado como uno de los mejores restaurantes sin carne en el menú del mundo. Los nombres de sus platillos suenan caprichosos: 50 Shades of Green; Respect for Our Environment. Sin duda son muy vistosos, pero es su profundidad de sabor lo que los hace interesantes.

 

Gastronomía de Luxemburgo

 

El ajo silvestre ahumado sobre romero y almendras fermentadas es una bomba de sabor, mientras que la ensalada tibia de durazno y chabacano, con chícharos y ejotes frescos y un aderezo de jugo de jengibre, funciona muy bien.

 

Frisange: rubricado por una leyenda

 

Aunque Luxemburgo se ha convertido en suelo fértil para las propuestas extranjeras, la luxemburguesa Léa Linster es la excepción del dominio de aquellos que llegaron de lugares lejanos. Sus padres comenzaron Frisange como una cafetería-restaurante y una estación de servicio que vendían bebidas y tabaco. Tras tomar su lugar, Léa se convirtió en una estrella al ganar el Bocuse d’Or: fue la primera y, aún, la única mujer en ganar un premio que los chefs califican como su oro olímpico. Eso condujo a una serie de programas en el canal de televisión alemán ZDF.

 

Restaurante Frisange

 

Hoy en día, continúa sirviendo la rabadilla de cordero (una especie de filete Wellington de cordero), misma que le hizo ganar el trofeo hace 30 años. Sin duda, un emblema de la gastronomía de Luxemburgo.

 

Mercado Place Guillaume II, sabor y origen

 

La gastronomía debe mucho a los mercados, y en Luxemburgo pasa sucede igual. El mercado de alimentos y flores Place Guillaume II (conocido coloquialmente como Knuedler) se lleva a cabo dos veces por semana, y bien podría confundirse con un set de filmación. A juzgar por los camiones que descargan temprano en la mañana, podría parecer que la mayor parte de la comida proviene de costas extranjeras.

 

Mercado place Guillaume II

 

Muchos chefs le compran sus vegetales a Kirsch, cuyo huerto se encuentra a las afueras de los límites de la ciudad. Aquellos que buscan algo extra, generalmente se dirigen a Les Paniers de Sandrine, donde René Mathieu compra los tomates para su menú de degustación. Ahí, puede elegir entre 30 variedades y escoger una docena que incluye en su plato, el cual es una mezcla entre sopa, sorbete y ensalada. Para considerar en cualquier recorrido por la ciudad.

 

Mieles de barrio

 

Un productor que está aprovechando la expansión urbana de Luxemburgo para nutrir la gastronomía del país es Hugo Zeler. Este apicultor alquila sus colmenas a bancos, corporaciones e individuos, quienes le pagan a cambio de una parte de su miel. A la miel que produce se le conoce técnicamente como honeydew. Lo que la hace especial es que sus abejas no recolectan néctar de las plantas, en su lugar, algunos insectos, como los pulgones, ingieren savia de la planta y la excretan como un líquido resinoso y azucarado que las abejas recolectan y transportan a la colmena.

 

Miels de quartiers

 

A sus mieles las llama miels du quartier, en honor a los distritos de Luxemburgo donde se producen: la de Limpertsberg tiene un aroma a limón y castañas; la de Bonnevoie tiene un sabor a flores y galletas; y la de Kirchberg recuerda al campo que se encuentra más allá de los rascacielos.

 

Vinos de Luxemburgo: todo un descubrimiento

 

Finalmente, es imposible hablar de gastronomía sin mencionar y considerar a los vinos de Luxemburgo, país que tal vez no goce de gran fama en el ámbito de la enología mundial, pero que merece una mayor y mejor reputación. La muestra de lo anterior la da la bodega Domain Henri Ruppert, que por fuera parece un simple almacén de concreto. Encaramados en un risco escarpado sobre Schengen, sus viñedos dominan el viaducto sobre el río Mosela y el camino hacia Alemania. Reconocido internacionalmente por sus rieslings, es uno de los abanderados de la incipiente reputación de Luxemburgo como productor de vino.

 

Vinos luxemburgueses

 

Por su parte, la casa Domaine Viticole Laurent y Rita Kox, en Remich, se especializa en crémants: vinos hechos con el método champenoise, que son populares como aperitivo o como vino de fiesta. Para hacer su delicioso cuvée Melusina, su padre deja que los restos de levadura actúen durante siete años antes de embotellarlo. Es un ensamble de pinot blanc, pinot noir, chardonnay y riesling que, una vez en la copa, forma una delicada columna de burbujas se eleva a la superficie.

Como has podido descubrir, el breve territorio de Luxemburgo no ha sido impedimento para que su gastronomía se expanda de la mano de sus productores y creadores culinarios. ¿Por qué no considerarlo en tu próxima visita a Europa? Aquí te compartimos la página oficial de turismo del Gran Ducado.

 

Y si estás pensando en hacer un tour europeo, considera las nuevas restricciones que el gobierno de Venecia a impuesto a los turistas