Con el cobijo de los Pirineos, pequeños pueblos con encanto, iglesias románicas y ciudades medievales resguardan los preciados tesoros de la región de Cataluña, narra Rebeca Cabrera.
Los Pirineos respiran. Apacibles, se iluminan ligeramente bajo el manto estelar que, poco a poco, se difumina al amanecer. Estamos en la alta montaña; el cuerpo se relaja mientras se entra en un estadio de conexión con la naturaleza. Los ojos se regocijan con una hermosa postal de las montañas nevadas que nos ofrece la región norte de la provincia de Cataluña. Aquí comienza nuestro viaje a través de historias y leyendas que permanecen impregnadas en el interior desnudo de sus iglesias románicas y sus fortalezas medievales.
Caminar por los senderos que conectan sus encantadores pueblos en la cordillera de los Pirineos catalanes es atravesar la misma ruta. Ya que hace siglos la recorrieron moros y cristianos durante las épicas cruzadas. Testigos mudos de estos encuentros son sus fortalezas medievales enclavadas en el paisaje montañoso que, gracias a la bravura de un ejército, permanecieron de pie resguardando los tesoros y reliquias más preciadas.
Es indiscutible el ímpetu que se respira en esta provincia
Sus ciudades han vivido episodios clave en la formación de Cataluña. Fueron arrasadas, quemadas, saqueadas y bombardeadas, pero siempre se han vuelto a levantar. Sus calles acogen innumerables joyas monumentales y culturales que conviven día a día con la actividad y la iniciativa de ciudades modernas, siempre mirando hacia el futuro con una identidad sólida.
No olvidemos los sabores característicos de esta región, pues su gastronomía enaltece su sazón con el uso de productos locales. Una gran cantidad de platillos se elaboran día a día a base de setas recién cortadas de las montañas, pescado fresco, carne de ciervo y quesos artesanales, que maridan a la perfección con sus vinos con denominación de origen de la región Pla de Bages.
Los asentamientos de las primeras congregaciones religiosas en Cataluña enriquecieron la gastronomía y evolucionaron la cocina medieval. Esto ha resultado en el interés de reconocidos chefs internacionales por rescatar recetas del siglo XVIII. Estas comunidades eclesiásticas también delinearon la arquitectura de la región, dejando un importante legado con sus monasterios e iglesias que, algún tiempo después, fungieron como casas de verano para personajes importantes.
Para sorpresa de muchos, la historia de la provincia se cuenta a través de video-mappings en algunos sitios turísticos, lo que permite revivir el estilo de vida de la región. Bienvenidos a Cataluña, un mundo de emociones únicas.
Tocar el cielo, Vall de Boí
Dicen que los Pirineos alcanzan el cielo en este valle ubicado a más de tres mil metros de altura entre Aragón y Pallars Sobirá. Ahí, rodeadas de montañas de belleza desbordante y un mosaico de colores vivos, reposan un conjunto de iglesias de estilo románico, entre las que destacan Sant Joan de Boí y Sant Climent de Taüll.
Durante el siglo XI las paredes de estos recintos lucían decoradas con pinturas murales a través de las que se educaba en materia religiosa a sus habitantes. Sin embargo, hoy su interior luce semidesnudo debido a que en 1919 se ordenó remover las obras a fin de conservarlas en el Museu d’Art de Barcelona.
A pesar de esto, en Sant Joan de Boí se observa una recreación parcial de sus pinturas, cuyos matices cobrizos y azules se apoderan del espacio entre imágenes de santos y pasajes bíblicos. Mientras en Sant Climent de Taüll reafirmamos su imponente majestuosidad gracias a un video-mapping que —a través de una proyección sobre las paredes— reconstruye su interior. Sus altos techos y su poca iluminación hacen de esta experiencia un momento que eriza la piel.
Toma nota En la oficina de turismo local (vallboi.cat) encontrarás mapas, tips de viaje y tours. En el Hotel L’Aüt (laut.cat), cercano a estas iglesias, disfruta de acogedoras habitaciones.
El regreso del medievo, Cardona
La fortaleza de este poblado se ha convertido en un testigo fiel de la historia de la región de Cataluña. Durante la Guerra de Sucesión fue uno de los últimos reductos en entregarse a las tropas borbónicas de Felipe V, y se trata del único castillo medieval que nunca fue vencido por la fuerza de las armas.
En la actualidad, esta edificación es un parador turístico tradicional. Basta con cruzar sus gruesos portones para viajar en el tiempo, gracias a sus torres y murallas a las que se añaden ornamentos de estilo gótico. Caminar por el claustro te traslada al escenario de una película histórica. A un costado de esta área se encuentra su iglesia, la Colegiata de Sant Vicenç, con muros de más de 19 metros de altura, lo que la dota de una sensación de grandeza. Bajo el atrio principal, en el área de la cripta, nos aguarda una gran leyenda, pues a decir de los cronistas, sus paredes resguardaban una espina de la corona de Jesús, considerada la reliquia de reliquias.
Sus antiguos aposentos han sido transformados en habitaciones espectaculares, algunas con camas con dosel, que trasladan nuestro presente a poéticas leyendas medievales. El castillo también cuenta con un restaurante en donde se pueden degustar platillos elaborados con ingredientes locales como jamón ibérico, cordero y pato.
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El parador se encuentra a 85 kilómetros de Barcelona y ofrece visita al castillo, experiencias gourmet y actividades como golf, senderismo y esquí, además de excursiones hacia el pueblo de Cardona y la Montaña de Sal. parador.es
De castillos y gastronomía catalana, LLeida
Con un vasto legado histórico, Lleida se muestra como la capital de la Cataluña interior. La Seu Vella y el Castillo del Rey, el Teatro y el Palacio de Congresos, así como el Museo de Lleida y el Museo Municipal de Arte Jaume Morera son solo algunos de los atractivos que se presentan ante nuestros pasos en una ciudad abierta al conocimiento, sede de la primera universidad de la Corona de Aragón.
La atención se centra en la Seu Vella, antigua catedral de la ciudad, también conocida como el Castillo de Lleida. Esta singular edificación fue levantada en lo alto de un cerro —llamado Turó de Lleida— desde donde se observa no solo la ciudad, sino también gran parte de la llanura de la comarca del Segriá.
Ahí descubrimos un conjunto de edificios de carácter único. Los remanentes de la iglesia de Santa María la Antigua, así como diversas capillas, la sala capitular, el archivo y la decanía, caprichosas estructuras que se empeñan en que el mundo conozca su historia. La mirada se aviva a cada paso, pues los detalles cobran vida con figuras labradas en sus puertas y naves que nos obligarán a observarlas.
Luego, nos dirigimos hacia el Celler del Roser (cellerdelroser.com), un emblemático restaurante de Lleida que ha ganado el reconocimiento internacional, desde su apertura en 1992, por desarrollar una intensa y valiosa investigación de las recetas tradicionales catalanas. Ahí el chef Albert Cogul ofrece cocina de autor que enaltece los sabores tradicionales de esta tierra. Ingredientes como el bacalao, la escalibada, el aceite y la fruta son los protagonistas de platillos exquisitos.
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Esta ciudad es paso obligado entre las vías que enlazan España con Europa, por lo que se puede llegar en tren de alta velocidad o autopista desde Barcelona. En Turismo de Lleida encontrarás recomendaciones de hospedaje y restaurantes. turismedelleida.cat
Cruce de viajeros, Seu d’Urgell
Desde la Edad de Bronce, Seu D’Urgell se consolidó como una de las ciudades medievales más importantes. En medio de una llanura rodeada de montañas ha sido testigo del cruce de viajeros que desde Lleida se dirigían a la Cerdaña y al Rosellón, así como de la Cataluña Central a Andorra. Iniciamos en la catedral de Santa María. Durante su construcción, en 1195, sus paredes atestiguaron varios ataques, pues junto con la ciudad fue secuestrada por Arnau de Castellbó y Ramón Roger de Foix. Para liberar a Seu D’Urgell, el clero pagó 30 mil sueldos, lo que provocó un desfalco en sus arcas y que la catedral quedara inconclusa. Sin embargo, su belleza románica sigue en pie.
Continúamos en el Parque Olímpico del Segre, cuyo paisaje combina canales cristalinos, el verde de las praderas y las vistas de los Pirineos. Construido para la justa de Barcelona en 1992, ofrece actividades como rafting y kayak. Para abrir el apetito, nos dirigimos al Museo de la Ciudad, en donde se exponen permanentemente los quesos locales, y su especialidad: el urgèlia.
Toma nota En octubre se celebra la Feria de Quesos Artesanos, donde se presentan más de 100 variedades. turismeseu.com
Rescate gastronómico, Món Sant Benet
Mil años de emociones se respiran en los espacios de Món Sant Benet, un monasterio que data del siglo X. En un día de lluvia, el interior de la construcción adquiere un toque especial; el olor a tierra mojada invade las naves del templo principal. A través de un video-mapping, lo recorremos acompañados de sus habitantes, los monjes benedictinos, y experimentamos las actividades de un día normal como se hacía mil años atrás.
Hacia el inicio del siglo XX, el reconocido pintor español Ramón Casas y su familia se adueñaron del monasterio y transformaron una de sus áreas en una residencia de verano. Los fantasmas de aquella época vuelven para imponer su presencia y guiarnos a través de las habitaciones, mostrándonos la vida del pintor en el verano de 1924.
Dentro del complejo reside la Fundación Alicia, un centro de referencia internacional sobre alimentación y ciencia creado por el chef Ferran Adrià. El objetivo principal es ofrecer una vivencia gastronómica que logre transformar la visión sobre la alimentación. Un área esencial es la de investigación, que se enfoca en desarrollar planes alimenticios para celíacos y diabéticos. Además, cuenta con un centro de preservación patrimonial que tiene como finalidad el rescate y comercialización de recetas medievales.
Toma nota Cada mes, este monasterio (monstbenet.com/es) cuenta con interesantes clases de cocina y talleres culinarios. El Hotel Món (hotelmonstbenet.com) brinda habitaciones con espectaculares vistas hacia el monasterio, ideales para disfrutar la paz del sitio.
Tras las huellas de San Ignacio Manresa
Situada en el centro de Cataluña, entre los Pirineos y el Mediterráneo, la ciudad de Manresa transmite a sus visitantes un aire de vitalidad. El contraste arquitectónico entre fachadas de estilo gótico, modernista y medieval converge en un equilibrio perfecto entre el quehacer cotidiano de sus habitantes y la espiritualidad de san Ignacio de Loyola que aún se siente en la Santa Cueva (covamanresa.cat), donde habitó por 11 meses viendo nacer su obra Ejercicios espirituales.
Al interior de la cueva, abierta al público, se disfruta de un espacio de silencio, de reencuentro personal y de contacto con la naturaleza ante el río Cardener que delimita la zona. Este sitio es un punto importante dentro de la ruta del Camino Ignaciano que transcurre entre Azpeitia y Manresa, pasando por Montserrat, donde seguimos los senderos que hace casi 500 años recorrió san Ignacio de Loyola.
Pero Manresa también cuenta con un largo bagaje cultural, artístico y creativo que ha impulsado la recuperación de centros culturales como el Teatro Kursaal, o recintos históricos como el Conservatorio y la Sala Els Carlins, mostrando la fuerza y vitalidad de la comunidad artística local. A esto se suma la pujante escena de diseño y moda con un gran número de proyectos emergentes.
La calle de Balc es la joya de la ciudad
Es un magnífico ejemplo del urbanismo medieval. De trazado estrecho y sinuoso, la calle se adapta al perfil de un risco, ofreciendo diferentes niveles escalonados. Mismos que discurren bajo los cobertizos que se levantan entre las casas aledañas. Un escenario impresionante y muy fotografiable.
Manresa es el epicentro de la producción vitivinícola de la denominación de origen Pla de Bages, que alberga bodegas como el Oller del Mas, la Cooperativa de Salelles y Collbaix, así como la sede de los vinos Abadal. El maridaje con la cocina local es un acierto natural. Entre la vasta oferta de restaurantes destaca Kursaal (restaurantkursaal.cat) donde el chef Aleix Llorente diseña platillos únicos, dándole su toque personal a los ingredientes, como el bacalao confitado con crema de alcachofas y el cerdo ibérico con mermelada de naranja. La vibrante noche manresana ofrece una experiencia sensorial para todos. Diversa y cosmopolita, cuenta con zonas para disfrutar desde una copa hasta ponerse en movimiento con conciertos dentro de divertidos bares.
Toma nota En Turismo de Manresa hallarás consejos prácticos de hospedajes e itinerarios. manresaturisme.cat
Leyendas entre sublimes amaneceres, Santuario de Nuestra Señora de Montserrat
Comienza un nuevo día en la montaña de Montserrat y la espesa niebla empieza a disiparse. Las caprichosas formas geológicas de la montaña se develan como largos dedos estirándose al amanecer. La vista desde la abadía se aclara mientras cientos de viajeros de todas latitudes se congregan a la entrada del santuario de Nuestra Señora de Montserrat. La aparición de la imagen de la Moreneta, como también se lo conoce a la virgen de Montserrat, es incierta. Sin embargo, se dice que en el año 880 un grupo de pastores vieron bajar una luz del cielo, y el obispo, al enterarse, realizó una visita. Esta vez la luminiscencia se posó en una cueva donde encontraron la imagen. Manresa sería su hogar, pero la imagen se hizo tan pesada, que el obispo interpretó este hecho como la voluntad de la Virgen de quedarse ahí. Así que le construyó una capilla.
La escultura es una talla en madera de estilo románico que data del siglo XII, y asombra con su belleza. La imagen respeta los lineamientos de las tallas románicas, pues se encuentra en actitud frontal con un niño Jesús sentado en su regazo mientras extiende la mano derecha, con la que sostiene una esfera que significa el cosmos.
Museu de Montserrat
A pocos pasos se encuentra el Museu de Montserrat, cuyo objetivo principal es difundir el patrimonio artístico y arqueológico de la abadía. Durante la guerra napoleónica se perdió el patrimonio barroco y medieval, por lo que hoy resguarda una colección conformada por donaciones particulares. Para fortuna de los entusiastas del arte, sus salas resguardan obras de Picasso, Dalí, Caravaggio, Degas y Casas.
En torno al santuario corren dos funiculares construidos entre 1918 y 1929 para transportar a los peregrinos y visitantes hasta los lugares más emblemáticos de la montaña de Montserrat. Y aunque actualmente se puede acceder a la abadía por auto, un viaje en funicular ofrece maravillosas panorámicas que dominan la ciudad de Manresa. Sin duda es el perfecto cierre de nuestro viaje a través de Cataluña.
Toma Nota Existen diferentes horarios para visitar la imagen de la Moreneta; sin embargo, se recomiendan las primeras horas del día para evitar largas filas. La entrada al santuario es gratuita. montserratvisita.com
Rebeca Cabrera viajó a Cataluña Románica por cortesía de la Embajada de España.