4 cosas que le pasan a tu cuerpo cuando tomas un vuelo largo

¿Alguna vez te has preguntado por qué te sientes tan extraño después de un vuelo transoceánico? Y es que los vuelos largos son una prueba de resistencia para nuestro cuerpo: desde cruzar múltiples zonas horarias, hasta permanecer casi inmóviles en un espacio reducido, lo que puede desencadenar una serie de efectos fisiológicos. Esta vez te compartimos cuatro cosas que le pasan a tu cuerpo cuando tomas un vuelo largo y por qué. Fotos: Pexels

¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando tomas un vuelo largo?

 

Conociendo lo que pasa en tu cuerpo cuando tomas vuelos de siete horas o más, considerados vuelos largos, podrás realizar acciones que minimicen los efectos negativos de este tipo de vuelos y, como consecuencia, llegar a tu destino sintiéndote fresco y revitalizado.

Deshidratación

 

¿Sabías que alrededor del 50% del aire que circula en la cabina durante el vuelo procede del exterior del avión? Al provenir de altitudes elevadas y secas, suele tener menos humedad que el de tierra. Esto puede provocar una rápida deshidratación que se manifiesta en una sensación de sequedad intensa en los ojos, nariz, boca y garganta, además de dolores de cabeza, mareos y fatiga. 

Para contrarrestarlo, lo mejor es beber abundante agua antes, durante y después del vuelo. También funciona evitar el alcohol y la cafeína, pues estos elementos pueden agravar la deshidratación.

Digestión lenta

 

Otra de las cosas que le pasan a tu cuerpo cuando tomas un vuelo largo es que la digestión se vuelve más lenta. Al pasar mucho tiempo sentado, tu sistema digestivo se ve afectado. Esto es porque no recibes la estimulación física que necesitan los intestinos. La inactividad prolongada por horas, combinada con la presión del aire, puede hacer que la digestión sea significativamente más lenta, produciendo estreñimiento y malestar general. 

El mejor consejo ante esto es optar por comidas ligeras y a base de ingredientes que sean más fáciles de digerir, como frutas, avena, pan blanco, pollo, pescado y yogurt, esto antes y durante el vuelo. Evita los alimentos procesados, con mucha grasa o muy condimentados.

Dolor muscular

 

Por otro lado, durante un vuelo largo, pocas veces tenemos la posibilidad de movernos: al contrario, nos mantenemos en una sola posición durante horas. Esto implica un esfuerzo prolongado de los músculos, provocando dolor en la espalda, especialmente la espalda baja, en el cuello y los muslos

Lo ideal es que, cuando sea seguro, te levantes para caminar por el pasillo del avión, ajustar tu postura cada cierto tiempo durante el vuelo, e incluso hacer pequeños ejercicios como levantar los talones o hacer círculos con las articulaciones.

Alteraciones en el ciclo del sueño

 

Finalmente, tras un vuelo largo, también puedes presentar alteraciones en el ciclo del sueño, ¡el temido jet lag! ¿Sabías que el 80% de las personas que viajan de México hacia Europa padecen desfase de horario o trastorno del jet lag? Cambiar rápidamente de zona horaria puede desequilibrar nuestro reloj biológico, causando insomnio, fatiga, irritabilidad e incluso dificultad para concentrarse. 

Por fortuna, existen algunas medidas para sobrellevar o evitar el jet lag. Días antes del viaje, recorre las comidas y la hora de dormir para adecuar el cuerpo al cambio de huso horario del lugar al que viajarás. También puedes regular la exposición a la luz para adaptarte a la nueva ubicación. Durante el vuelo, ayudará mucho que te mantengas hidratado, descanses e intentes no dormir hasta que sea de noche en el destino.

Ahora que sabes lo que le pasa a tu cuerpo cuando tomas un vuelo largo, te compartimos una guía con los mejores tips del equipo de Food and Travel México para que tu experiencia en vuelos largos sea más cómoda y saludable.