5 rincones para viajar a Cusco y enamorarte de este destino

Cuenta la leyenda que, tras una revelación de Inti, dios del Sol, Manco Cápac, el primer gobernador de los incas, fundó en el siglo XII la ciudad-estado de Qosqo. Desde entonces, se convirtió en el centro político y territorial del imperio precolombino más grande de América. Cierto o no, la magia, espiritualidad, historia y culturas vivas que allí convergen hacen de esta ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad, un destino único. Por ello, te compartimos 5 rinconcitos para viajar a Cusco y enamorarte de este destino. Fotos: Marriott y Canva.

 

5 imperdibles de Cusco

 

Esta ciudad, localizada a 3 mil 399 metros sobre el nivel del mar, está rodeada de verdes valles, salpicada de imponentes construcciones coloniales y resguardada por vestigios sagrados incas. Cuenta con algunos atractivos que narran no solo la historia de la ciudad, sino de Perú. Aquí los 5 imperdibles que harán que viajes a Cusco y te enamores, en minutos, de la antigua capital inca.

1. Plaza de Armas

 

En el centro de Cusco yace la Plaza de Armas, el corazón histórico de la ciudad que, durante el imperio inca, fue un importante centro ceremonial. Pero también fue ahí donde Francisco Pizarro proclamó la conquista del Cusco y lugar en el que murió Túpac Amaru II, el caudillo indígena de la resistencia.

En uno de sus costados se levanta la catedral de Cusco, construida sobre el Palacio del inca Wiracocha con bloques de granito color rojo traídos de la fortaleza de Sacsayhuamán, ubicada a dos kilómetros de la ciudad. Destaca su fachada renacentista y en su interior sobresale su estilo barroco y plateresco. Resguarda una muestra de orfebrería colonial y una colección de pinturas de la Escuela Cusqueña.

Desde aquí, también se tiene una increíble vista de la ciudad y de los Andes peruanos que parecen protegerla. Además, el mejor punto de partida para explorar sus angostas y empinadas callejuelas.

2. Mercado Central de San Pedro

 

El centro de abastos más antiguo de Cusco, que formaba parte de un tramo del Camino Inca que conectaba con la Plaza Huacaypata (actual Plaza de Armas), fue diseñado por el arquitecto francés Gustave Eiffel e inaugurado en 1925. Actualmente, hay más de mil locales que venden desde frutas y verduras -por cierto, en Perú hay más de 3,500 variedades de papa-, zona de comida y toda clase de artesanías. Aquí es muy común escuchar a los cusqueños hablar en quechua, el idioma de los incas.

3. Hatun Rumiyoc

 

Es una de las calles más famosas de la ciudad. Debe su popularidad a la inmensa piedra de 12 ángulos de 6 toneladas, cuyas esquinas talladas encajan a la perfección con el resto del muro inca. Perteneció al palacio de Inca Roca, el sexto gobernante de esta cultura.

Aunque en Cusco existen rocas con más ángulos, ésta destaca por su tamaño y la fineza de su tallado. Se cree que, si se quita, todo el muro se desmoronaría. Además, es una formidable muestra del perfeccionismo inca en el tallado de piedra.

Hatun Rumiyoc persona

4. JW Marriott El Convento Cusco

 

Lo que fuera primero un centro de los Killke (cultura pre-inca), luego de los incas y más tarde, ya en el siglo XVI, el convento colonial de San Agustín, es hoy el JW Marriott El Convento Cusco, un hotel que enaltece el pasado ancestral de la ciudad desde una construcción declarada Patrimonio Cultural por el gobierno peruano.

La construcción fue cuidadosamente restaurada, por lo que se pueden apreciar los restos arqueológicos de los periodos pre-inca, inca, colonial, republicano y contemporáneo, tesoros que le proporcionan al hotel un carácter único, ofreciendo una experiencia cultural inigualable.

Cuenta con 153 habitaciones, todas con sistema de oxigenación complementario que ayudan a los huéspedes a aclimatarse de una mejor manera a la altura de la ciudad.

El restaurante Qespi, lidereado por el chef Rely Alencastre, honra en cada platillo los productos peruanos, que se componen de la gran diversidad de papas, chiles, hierbas e incluso de sus sales. Su cocina es una fusión entre los sabores ancestrales, las recetas tradicionales y la cultura local.

El JW Marriott El Convento Cusco también tiene spa, bar, salones de eventos y salas de exhibición arqueológica. No dejes de visitar el JW Garden, un huerto orgánico ubicado en el patio central, que nutre su menú y sus tragos.

5. Chinchero

 

A una hora de Cusco, en el distrito de Chinchero, se encuentra la comunidad de Pucamarca. Ahí, los habitantes han abierto las puertas a los viajeros para compartirles sus tradiciones, cultura, secretos de textiles y hasta sus sabores ancestrales.

Con una demostración, la comunidad comparte cómo lavan con detergente natural la lana de las alpacas, luego la tiñen, ya sea con cochinilla o plantas, para después admirar cómo lo transforman en bellos ponchos, mantas, pulseras y un sinfín de productos más.

Preparar y disfrutar de la pachamanca también es posible aquí. Este plato típico y autóctono, generalmente se prepara para las fiestas patronales y las grandes celebraciones de los pueblos andinos. Su elaboración representa varias horas, puesto que se cocina en un horno de tierra que se calienta con piedras calientes. Adentro van los ingredientes: carnes de varios tipos, como cordero, cerdo y pollo, así como papas nativas, choclos serranos, camote, plátano y habas de los andes; todo cubierto con hoja de plátano y con hierba aromática marmaquilla.

La experiencia cultural y ancestral se complementa alimentando a las alpacas, con los bellos paisajes y con un paseo en bote por su mística laguna Piuray, donde se dice que habita una sirena.

Estas son solo algunas razones para que te animes a escaparte a Cusco, una ciudad custodiada por los Andes peruanos que, a cada paso, cuenta un cachito de su rica historia. peru.travel

 

 

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