De fortaleza a Capilla Sixtina

Aunque hoy admiramos la Capilla Sixtina como un emblema del arte renacentista, sus orígenes se remontan a 1473, cuando el Papa Sixto IV ordenó su construcción como capilla de la fortaleza papal. Inicialmente conocida como la Cappella Magna (Gran Capilla), la estructura y decoración que hoy conocemos fueron resultado de una renovación y ampliación bajo el mismo Papa Sixto IV. Este cambio no solo dio lugar a su actual nombre, sino que también transformó su función de un espacio defensivo a un lugar de profunda reflexión, como lo demuestra su papel actual como sede del Cónclave. 

Un tesoro de frescos renacentistas

Antes de que Miguel Ángel Buonarroti pintara el techo y la pared del altar, la Capilla Sixtina ya albergaba frescos de otros renombrados artistas del Renacimiento, como Botticelli, Ghirlandaio, Cosimo Rosselli, Perugino y Signorelli. Estas obras iniciales sentaron las bases para la majestuosa intervención de Miguel Ángel, quien dedicó de 1508 a 1512 para completar los frescos de escenas del Génesis en el techo y posteriormente otros años para el monumental Juicio Final, finalizado en 1541.  

Algunos historiadores del arte sugieren que Miguel Ángel, además de representar escenas bíblicas, pudo haber incluido mensajes o simbolismos ocultos en sus frescos. Por ejemplo, se ha teorizado que ciertas figuras o poses podrían hacer referencia a la anatomía humana o a controversias teológicas de la época.  

Acústica sorprendente

A pesar de su gran tamaño y de la gran cantidad de visitantes que recibe (hasta 20,000 al día), la Capilla Sixtina posee una acústica notablemente buena. Se dice que las proporciones de su arquitectura fueron cuidadosamente diseñadas no solo para la estética, sino también para optimizar la resonancia del canto gregoriano y otras formas de música sacra que históricamente se interpretaban allí.

Paralelismo sagrado

Se cree que las dimensiones de la Capilla Sixtina fueron intencionalmente diseñadas para replicar las del antiguo Templo de Salomón en Jerusalén. Este templo, considerado el centro de la fe judía en su época, albergaba el Arca de la Alianza y era un símbolo de la presencia divina en la Tierra. Al construir la Capilla Sixtina con proporciones similares, el papado buscaba establecer una conexión simbólica entre el esplendor del templo bíblico y la nueva sede del cristianismo. 

Sede histórica del Cónclave

La Capilla Sixtina se ha convertido en la sede habitual de los cónclaves papales desde 1878. Sin embargo, el primer cónclave celebrado en sus muros tuvo lugar mucho antes, en 1492, marcando un precedente para las futuras elecciones papales. Este dato subraya la larga tradición que vincula a la Capilla Sixtina  con la elección del líder de la Iglesia Católica. 

Fumata bianca o nera

La fumata bianca (humo blanco) en la Capilla Sixtina sale de una chimenea temporal que se instala específicamente para el Cónclave. Esta chimenea conecta a una estufa donde se queman las papeletas de votación de los cardenales electores. Cuando se ha llegado a un acuerdo y se elige a un nuevo Papa, además de quemar las papeletas, se añaden sustancias químicas especiales, tradicionalmente paja húmeda y sebo. En la actualidad, a menudo se agrega una mezcla de clorato de potasio, lactosa y resina, las cuales producen una columna de humo blanco brillante y visible para la multitud congregada en la Plaza de San Pedro. 

Planifica tu visita

Ahora que ya sabes un poco más sobre la Capilla Sixtina, te recomendamos planear tu viaje para recorrerla. La recomendación para esto es hacerlo mediante el sitio web oficial de los Museos Vaticanos para evitar las extensas filas. La entrada estándar a los Museos Vaticanos generalmente incluye el acceso a la  Capilla Sixtina, por lo que es crucial verificar los detalles del boleto al momento de la compra para confirmar su inclusión. 

Es importante tener en cuenta el horario de apertura, que suele ser de lunes a sábado, aunque puede variar según la época del año, por lo que te aconsejamos consultar el sitio web oficial antes de la visita.  

Los domingos, los Museos Vaticanos permanecen cerrados, con la excepción del último domingo de cada mes, cuando la entrada es gratuita, aunque suele haber una gran afluencia de visitantes. Al ser un recinto sagrado, se exige un código de vestimenta, requiriendo cubrir hombros y rodillas. También se sugiere evitar ropa demasiado ajustada. 

Finalmente, considera que durante períodos especiales como el Cónclave, la Capilla Sixtina está cerrada al público, como sucede este año desde el lunes 28 de abril.  

Ahora que ya sabes más sobre la Capilla Sixtina, que este 7 de  mayo será sede del Cónclave, te compartimos 7 imperdibles para visitar en Roma.