Diferentes formas de disfrutar un viaje

Dicen los que saben que todo viaje se disfruta tres veces: al planearlo, al realizarlo y al recordarlo. Las tres etapas del viaje nos conectan con nuestra fuente interna de creatividad y es una gran herramienta de autoconocimiento, al hacernos conscientes de lo que nos gusta, de lo que buscamos y de lo que cada lugar ofrece. Foto: Adobe Stock. 

Viajando nos volvemos más creativos, desarrollamos habilidades intelectuales y emocionales insospechadas. Los viajes tienen el gran potencial de dibujar otras posibilidades, otros escenarios internos y externos. Su carácter transformador no solo sucede al momento de estar realizando la travesía; si viajamos con conciencia, logramos permear nuestra cotidianidad de una nueva mirada, de otras formas de percibir nuesta realidad.

 

Viajes al interior

 

Aprendemos, cambiamos de perspectiva, nos renovamos y nos concedemos la oportunidad de que afloren nuevas facetas de nosotros mismos que yacen dormidas debido a la repetición y la costumbre. El hecho de salir de nuestros contextos comunes permite que se active nuestro mundo subjetivo y que aparezcan nuevos retos, nuevos encuentros, nuevas maneras de entablar conversaciones, nuevos sabores que nos hagan explorar nuestra curiosidad natural por la vida.

Y así accedemos a habilidades y enfoques distintos. Los viajes nos sumergen en territorios menos predecibles. Esta incertidumbre puede ser una fuente de estrés, que siempre termina eclipsándose por la emoción y el sentido de aventura que es parte de nuestra esencia humana.

Para todos los que hacemos Food and Travel, es un privilegio inspirar a viajeros natos y esporádicos que saben que esas emociones nos conectan con el gozo de estar vivos.

 

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