Marsella, razones para visitar la segunda ciudad más grande de Francia

Cuando el reconocido chef estadounidense Anthony Bourdain dijo que Marsella es una gran ciudad con vistas magníficas, aromas cautivadores y grandiosa comida, no estaba bromeando. La segunda ciudad más grande de Francia está rodeada de Provenza y el Mediterráneo, lo que la convierte en un destino imperdible para quienes quieren conocer todos los matices culturales y culinarios de ese país. Fotos: Pixabay. 

Al ser una ciudad portuaria, Marsella ha recibido distintas oleadas de migración a lo largo de su larga existencia. De ahí que, al caminar por sus amplias calles, sea usual encontrar aromas a especias del Medio Oriente, a mar y hierbas provenzales. Además de su sobresaliente gastronomía, Marsella también presume monumentos históricos e impresionantes parques naturales para tomar el Sol y disfrutar de aire fresco.  ¡Aquí te compartimos lo que tienes que conocer al visitarla!

 

El viejo puerto, encanto de antaño

 

Viejo Puerto Marsella

 

A primera vista, el viejo puerto de Marsella pareciera pequeño, sin embargo este lugar representa el mayor punto de encuentro de locales y turistas por igual. Además, pareciera estar protegido por dos grandes fortalezas que también son puntos turísticos: el Castillo de Saint James y el Fuente de Saint Nicolás. De ahí que sea el sitio ideal para comenzar a conocer la ciudad, pero también para tomar una copa o incluso hacer ejercicio. Como dato curioso: este puerto fue pieza clave en la fundación de la ciudad en el año 600 a.C, cuando los griegos Marinos de Focea nombraron a este lugar como Massalia. 

 

 

Notre Dame de la Garde, para admirar desde las alturas

 

 

Uno de los puntos más altos de la ciudad, con 154 metros, está ocupado por la basílica Notre Dame de la Garde. Desde aquí las vistas panorámicas son fantásticas y protagonistas. Sin embargo, también resalta la decoración del interior, ya que tiene un estilo bizantino y románico con detalles y mosaicos de colores. Lo mejor para llegar a este sitio construido en 1853 es hacerlo caminando desde el Puerto Viejo. Eso sí: habrá que llevar calzado cómodo y paciencia: la pendiente es pronunciada.

 

El Barrio del Panier, para callejonear

 

 

Las estrechas callejuelas, detalles de arte urbano, macetas improvisadas y libros gratuitos de este vecindario, lo convierten en un punto turístico imperdible de Marsella. Se dice que fue de los primeros vecindarios de la ciudad y por algún tiempo tuvo mala reputación de la cual se ha recuperado. Cuenta con tres plazas que son punto de encuentro con bares, restaurantes y mercados: la Place de Lenche, la Place de Lorette, y la Place des Moulins.

 

Les Calanques, para tomar un respiro

 

 

Esta joya de la biodiversidad presume de aguas cristalinas y turquesas, dramáticos paisajes con rocas calizas y playas para refrescarse durante el verano. En términos exactos, las Calanques son formaciones geológicas con pendientes inclinadas que permiten descender hasta el agua y son típicas del mediterráneo. Se trata de un área natural protegida, por lo que al visitarla habrá que respetar el camino marcado para cuidar al máximo la existencia y el futuro de este lugar.

 

Marsella en bocados

 

 

El hecho de que Anthony Bourdain decidiera grabar un episodio de Parts Unknown en Marsella, indica que en la ciudad existen joyas culinarias para cualquier glotón. El primer plato imperdible – y recomendación más clásica- es la sopa Bouillabaisse que contiene la pesca fresca del día, hierbas provenzales, azafrán, vino blanco y pan. Después están las navettes, pequeñas galletas en forma de barcos que están infusionadas con agua de azahar. Encontrarlas es fácil en la ciudad: solo habrá que seguir el aroma característico de la flor del naranjo.

 

Abadía de San Víctor, entre leyendas

 

Marsella

 

Los vestigios más antiguos de esta construcción son del siglo X. La Abadía de San Víctor fue uno de los lugares más importantes para el catolicismo en Francia y actualmente es parte del registro de monumentos históricos. En su interior es posible admirar criptas y sarcófagos, mismos que están asociados con leyendas urbanas. Antes o después de visitarla, conviene pasar a comprar navettes en la panadería más antigua de la ciudad: Four de Navettes, ya que se encuentra a unos pasos de la Abadía.

¿Quieres ir a Marsella? Entonces conoce más detalles en si sitio oficial de turismo.