Viena y la cultura del café

Las cafeterías de Viena son más que un espacio para beber café, son un lugar para generar ideas, conversar y sentarse a reflexionar sobre la vida. Sus pequeñas mesas de mármol, las tenues luces que se reflejan en los detalles de madera, los techos altos, percheros y periódicos – un detalle que todavía muchos ofrecen- hacen que cualquier visitante tenga un viaje en el tiempo. Hace más de 10 años, la UNESCO declaró que estos lugares son Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad gracias a que “aquí se consume el tiempo y el ambiente, pero solamente el café aparece en la cuenta”. Fotos: Dulce Vega. 

Oficialmente, el primer café de Viena fue abierto en 1685 por Johannes Diodato, a quien también se le atribuye la introducción de la bebida a la familia de los Habsburgo. Desde entonces muchos sitios han abierto en la ciudad, sin embargo los más famosos han perdurado porque en sus sillas han estado personajes como Strauss, Freud y Trotsky. Aquí te compartimos algunos de los cafés más representativos de Viena.

 

Café Landtmann

 

Café Landtmann

 

Desde su inauguración en 1873, el Café Landtmann es considerado como uno de los cafés más elegantes de la ciudad. Se encuentra justo a un lado del Burgtheater y en frente del ayuntamiento de Viena, mismos que se pueden admirar desde las acogedoras mesas de mármol. Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis era asiduo de este lugar que incluso ha recibido visitas como Hilary Clinton, Paul Mccartney y Romy Schneider. Aquí las opciones para comer son amplias, pero el café y los pasteles son obligatorios.

 

 

Café Central

 

Café Central Viena

 

Otro de los lugares de identidad vienesa es el Café Central. Abierto en 1876, en este encantador café se encuentra una estatua en honor a uno de sus más famosos clientes: Peten Altenberg, poeta y escritor vienés. Debido a su popularidad entre locales y viajeros, lo mejor es llegar con tiempo y paciencia; y una vez dentro, habrá que aprovechar la oportunidad de comer lentamente sus delicados pastelitos y disfrutar de un clásico mélange vienés.

 

 

Café Sperl

 

Café Sperl Viena

 

Aunque menos turístico, el Café Sperl conserva un encanto de época porque abrió sus puertas desde 1880. El parqué de sus suelos, mesas de mármol y tenue iluminación con candelabros hacen de este lugar un encantador espacio para pasar el rato a solas, con amigos o con libro en mano. Está abierto prácticamente todo el día y a diferencia de otros cafés, aquí las porciones de comida son relativamente abundantes.

 

 

Café Hawelka

 

Café Hawelka

 

En pleno primer distrito de Viena, el café Hawelka es un popular punto de encuentro desde su apertura en 1936. Aquí, escritores, músicos, artistas, políticos e intelectuales se reúnen para disfrutar de uno o varios “Buchteln” -bollos rellenos de mermelada- que son la receta secreta de los fundadores. Tiene una atmósfera familiar y acogedora, por que es usual ver familias enteras o abuelos y nietos disfrutando del juntos del tiempo.

 

 

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