Es posible que no sepas quién es Paul Hobbs, sin embargo, en el mundo del vino su nombre resuena. Fue nombrado dos veces por Robert Parker Jr. como “Wine Personality of the Year” (Personalidad del año en el mundo del vino).
Es descrito como el Steve Jobs de la industria del vino; y fue el primero en recibir 100 puntos Parker en el año 2014 por su etiqueta Beckstoffer to Kalon, de Napa Valley.
Paul Hobbs
Asimismo, repitió los 100 puntos pero con un vino sudamericano, la etiqueta era Cobos Malbec, de Viña Cobos, Argentina, y por si fuera poco, es el responsable de consolidar a la uva malbec como la uva emblemática de Argentina. Por eso La Europea aprovechó para hacer una cata con él.
A pesar del extenso currículum, Paul Hobbs se mantiene humilde pues afirma: “cuando empecé en el mundo del vino, ni siquiera quería pertenecer a este, yo quería ser doctor”.
La decisión de su licenciatura en química y luego su maestría en viticultura y enología fue de su padre. A pesar de sus intentos por salirse y seguir hacia su pasión por la medicina, el destino lo llevó para otro lado.
Al principio no sabía nada y creyó que eso lo ponía en una desventaja. Entonces decidió estudiar más que todos para poder dejar del lado el nerviosismo: “No sabía nada, por eso sé que uno no debe ser pedante cuando alguien que quiere aprender se acerca a uno; aunque al parecer algunas personas les gusta que las traten mal cuando se trata de cultura del vino”.
Y Paul tiene razón, si el vino se le viera como algo normal y no algo para cierto tipo de gente, seguro más gente se atrevería a tomar.
Robert Mondavi
Luego de terminar su carrera, Robert Mondavi, otra gran personalidad del vino, decidió darle su primera oportunidad volviéndolo el enólogo encargado del proyecto Opus One, considerado uno de los mejores cabernet sauvignon de California. De ahí saltó a Argentina donde cambió la forma en que se elaboraba vino.
Se dio cuenta que se hacían varias cosas mal, como dejar clara de huevo en contacto con el vino cuando se eliminaban las impurezas, o el hecho de que se oxidaban demasiado el vino porque así pensaban los argentinos que sabían los buenos vinos. Claro, eso fue en los años 80 cuando la gente solía exponer sus vinos en vitrinas, en el Sol.
Mientras seguía la conversación, empezó a presentar sus diferentes vinos. Paul Hobbs Chardonnay, Russian River Valley, de aromas a pera, cítricos y manzana verde con un toque mineral en boca; Crocus Prestige de Cahors, Francia, un malbec con aromas a cereza negra o arándano con café tostado, vainilla y chocolate; Las Piedras Paul Hobbs, un cabernet sauvignon de color oscuro, con presencia de zarzamora madura, también cereza negra, aceitunas, grafito y pimienta. Finalmente llegó el momento de un malbec argentino: Cobos Chañares Vineyard, que resultó en un cierre perfecto.