Conocido como el primer mexicano en ganar una estrella Michelin en París, Indra Carrillo regresó el año pasado a México para cocinar en Balmori, y nos contó un poco de su travesía. A los 12 años empezó su búsqueda en la cocina de un restaurante, y a los 18 ya estaba listo para irse de México persiguiendo el sueño de volverse un gran chef, abrir un restaurante en París y ser reconocido a nivel mundial. Han pasado 13 años e Indra Carrillo ha conseguido todo lo que ha soñado, pero no se deja detener. Aún hay más por lograr. Fotos: Cortesía La Condesa.
Aquí te contamos un poco de su historia y trabajo que lo llevado al Olimpo de la gastronomía.
Un mexicano en el extranjero
Es un gran orgullo para mí representar a mi país de origen en otro lado del mundo. Me encantó traer mi cocina a Ciudad de México, después de más de una década de estar fuera. Y adoro mostrarla en París de una forma más permanente. Se trata de algo muy personal, basado en mis experiencias en nueve naciones diferentes, pero sin olvidar jamás de dónde vengo. La Condesa (su restaurante) es justo eso: la colonia donde crecí y dónde empecé a muy temprana edad. Es una manera de ser yo, en la capital francesa, y así sentirme como en casa».
Lo inesperado de las estaciones
No manejamos una carta en el restaurante, sino un menú sorpresa que usa productos de temporada y la mejor materia prima disponible. Con esto buscamos asombrar, pero, como cuando vas a casa de alguien, queremos ser ese anfitrión que da lo mejor a sus invitados, ofrecer nuestras mejores preparaciones y dar placer a través de ellas. No tengo un ingrediente favorito porque trabajé en varios países, con frutas y verduras que ni siquiera imaginé que existieran. Sería tonto casarme con uno, si hay un mundo allá afuera que todavía no he experimentado.
Primera estrella Michelin
Sí, soy el primer mexicano en París, Francia, que tiene una, pero no soy el único que la obtuvo. Es genial que haya tantos representantes de nuestra gastronomía en el mundo y muy bien merecida la atención que nos están dando. No solo a nosotros; también a los cocineros de América Latina, que también hacen ruido en Europa, Estados Unidos y otros lugares, incluyendo México. Es motivador vernos a todos en la escena global.
Secretos para uno mismo
Un día me dijeron: solo uno sabe los sacrificios que ha hecho para llegar a donde está. Me sorprendió mucho esta frase, porque sí podría contar toda mi historia una y otra vez: viví en nueve países, me mudé de cada uno y dejé el confort para obtener nuevos conocimientos. Si soy sincero, da miedo; abrir un restaurante en París da miedo.
A pesar de que en Francia obtuve la mayoría de mis conocimientos, nunca es fácil tomar cada una de las decisiones que te llevaron a un punto definitivo en la vida. Por eso, cada vez que un comensal llega y me dice: me encantó la cena, siento que lo escucho como si fuera la primera vez. Para mí la vida es cada día, cada mesa, cada plato: nunca para. No porque lo hicimos bien una vez, siempre va a estar bien. Todo el tiempo hay que estar buscando ser mejores.
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