“Hierbabuena”, “manzanilla”, “menta”, “manzana con canela”, “limón”… son algunas de las imágenes que nos vienen a la mente cuando pensamos en té. ¡Sí!, el gran apego que tenemos por la herbolaria nos ha llevado a catalogar bajo este nombre a casi todo lo que infundimos en agua, sin embargo, existen diferencias entre unos y otros. Fotos: Escuela Mexicana de Té.
¿Qué es el té?
Empecemos pues con la pregunta clave: ¿qué es el té? Originario de China, el té es la bebida que resulta de la infusión de hojas y brotes de la camellia sinensis, un arbusto de follaje perenne muy valorado por su gusto ligeramente amargo, astringencia y propiedades revitalizantes. De acuerdo con su proceso productivo –marchitado de las hojas, enrulado, oxidación y, en algunos casos, hasta fermentación– puede clasificarse como blanco, verde, negro, oolong, pu-erh o té amarillo.
“Y entonces, ¿la manzanilla?”. Se trata de una tisana, una mezcla de productos como flores, frutas, especias, hierbas… que no incluyen camellia sinensis entre sus ingredientes. Ninguno es mejor que el otro, por el contrario, se trata de bebidas completamente diferentes en aromas, sabores y, más importante aún, compuestos benéficos para el organismo. (No se desespere, una vez pasada la temporada decembrina le platicaremos al respecto).
De todas las expresiones de la camellia sinensis, los blends o mezclas de té merecen una mención especial. Esta categoría reúne lo mejor de ambos mundos al mezclar los preciados brotes de la planta de té con botones de flores, cáscaras y esencias frutales, granos de arroz, frutos secos y hasta licores. Ejemplos: el Genmaicha, mezcla de té verde con granos tostados de arroz; el Masala Chai, una base de té negro (originalmente de Assam, India) aromatizado con cardamomo, clavo de olor, pimienta, anís, jengibre y canela, o el sofisticado Earl Grey, hecho con té negro y esencia de bergamota. Para que un blend de té se considere como tal debe incluir al menos un 60 por ciento de hojas o brotes de camellia.
Conclusión
Para concluir debemos mencionar dos casos particulares que, sin ser té, también destacan por su riqueza aromática y gustativa. El primero es el rooibos, arbusto rojo sudafricano rico en antioxidantes y libre de cafeína. El segundo es la yerba mate, planta originaria de la cuenca del Paraná, cuya infusión es popular en todos los rincones del territorio sudamericano. escueladete.mx