Viajar con niños a Acapulco, un plan familiar infalible

Siempre es buena idea tomar el volante del auto o comprar boletos de avión o de autobús para salir en busca del encanto de Acapulco, para pasar un momento memorable en familia entre sus olas, sus mariscos y pescados, sus clavadistas y sus encantadoras playas lejanas. Te contamos cómo es que viajar con niños a Acapulco, es un plan familiar infalible. Fotos: Elsa Navarrete.

Acapulco querido

 

Renovados, asoleados y felices por los juegos en la arena y las sobremesas en la playa. Así regresamos de nuestro viaje a Acapulco, ese ícono del turismo que se convirtió en el primer destino de sol y playa de México que tuvo fama a nivel internacional.

El que fuera el escondite de vacaciones, fiestas y bodas del jet-set hollywodense en los años 50 es uno de esos destinos familiares al que uno siempre regresa y más si de viajar con niños a Acapulco se refiere. Porque nunca nos cansamos de su estilo vibrante y divertido, de sus rincones para comer pescado a la talla, de su extensa playa en Punta Diamante, de sus mágicos atardeceres…

Viajar con niños a Acapulco: todo un rito familiar

 

Hay viajes para sumergirse en los destinos y conocer otras culturas, pero cuando tienes niños pequeños, el plan número uno para ellos siempre será una buena alberca (la del Fiesta Americana Acapulco Villas no tiene juegos, pero sí chapoteadero y es amplia) y, dependiendo de la personalidad del niño, la playa. Como pareja sin hijos, solemos huirle a los viajes en temporada alta, pero con niños, que inevitablemente estarán en la casa, aún con curso de verano agendado, nos vemos forzados a cambiarnos al grupo de “a salir, porque no hay escuela, aunque haya gente”.

Pero hemos decidido que viajar con niños a Acapulco sea placentero y convertir esas tumultuosas vacaciones de verano en un rito familiar: una excusa para reunirse con todos los seres queridos, para divertirse, para no hacer itinerarios. Los viajes de la infancia se quedan para siempre en la memoria: te definen y se vuelven parte de tu personalidad. Buscamos que la infancia que recuerden nuestros hijos esté sembrada de recuerdos asociados a viajes divertidos, pero sobre todo, muy familiares. Para que cuando ellos viajen solos conecten con su niño interior y su origen (lagrimita).

Y así fue como nos fuimos esta vez a Acapulco y disfrutamos de la belleza de sus aguas y acantilados que, hasta hoy, protegen esta bahía de Guerrero. Fue una escapada familiar de cuatro días con todo y abuelos y tíos; jornadas necesarias para no hacer mucho y, a la vez, mucho por el simple hecho de estar conectándonos unos con otros.

(Re) visitar algunos clásicos de Acapulco

 

Al igual que la canción de «María Bonita» de Agustín Lara, “Acuérdate de Acapulco, de aquellas noches..”, recordemos los clásicos de Acapulco para revisitarlos ahora con la mirada y el asombro de nuestros niños viajeros:

Barra Vieja

 

En Acapulco, las horas del día se miden en cocteles de camarón y pescados a la talla. Y el mejor lugar para disfrutar de este último es Barra Vieja, a 45 minutos de la Zona Dorada. Además de dar paseos en playa a caballo o en cuatrimoto o navegar en la laguna Tres Palos en lancha, aquí se viene a saborear su gastronomía local bajo las idílicas enramadas.

De este corredor de restaurantes, optamos por Gloria del Mar, donde dicen que son los creadores del pescado a la talla. La receta de Doña Gloria Suazo fue reconocida por el Club Vatel México en 2019 y es un verdadera delicia, acompañada de arroz, frijoles, tortillas hechas a mano y muchas ordenes de sopes. Te regalan cocos, dependiendo el numero de personas, y se puede llevar hielera.

El plan de viajar con niños a Acapulco es estar todo el día, jugando en la playa, comiendo, platicando, hasta poder contemplar un atardecer más del Pacífico mexicano. Aunque la playa es extensa, hay que tomar en cuenta que el mar en esta zona es abierto, por lo que se recomienda precaución.

La Quebrada

Esta atracción turística de Acapulco es un must en un viaje familiar con niños, quienes, al igual que los grandes, se sorprenden ante los espectaculares clavados. En un entorno natural de acantilados, los valientes clavadistas de La Quebrada se lanzan desde 35 metros de altura hacia las aguas del mar Pacífico, sincronizando perfectamente el salto con el oleaje.

A lo largo del día, esta hazaña se puede disfrutar en cinco exhibiciones desde las 13 hasta 22 horas, con un costo $50 (adultos) y $20 (niños). En el espectáculo de noche, los clavadistas llevan una antorcha prendida lo que da un toque más atractivo. Conoce más sobre este entrañable destino mexicano dando clic aquí. 

¿Listos para volver a viajar con niños a Acapulco y hacerlo todo un ritual familiar? También te contamos de planes para vacacionar con niños en Ciudad de México.