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Encantadores de serpientes

En la primera entrega de su columna, Nicolás Martín del Campo abre la conversación en torno a un elemento fundamental de la cocina mexicana: las salsas de mesa.

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¿Las salsas de mesa mexicanas siempre deben picar?

Como mexicano, la respuesta es sí, y este argumento basta para abrir y cerrar la discusión. Pero, pensando objetivamente y anteponiendo la globalización y la competencia existente por ganar la corona como mejor gastronomía a nivel mundial, creemos necesario abrir el debate en torno al picor de las salsas de mesa mexicanas. Fotos: Adobe Stock

En México, las salsas de mesa están hechas para complementar un platillo: se le agrega para hacerlo más picante o ajustar sabor. Así, una buena salsa de mesa puede mejorar un platillo, mientras que una mala puede echarlo a perder por completo.

En un mundo donde cada día se viaja más, y en donde comer está de moda, las salsas de mesa en una degustación de platillos mexicanos pueden cambiar la experiencia. No somos los únicos que usamos picante: Tailandia, India, China y Corea también lo usan, pero la forma en que lo hacen es distinta.

Pensar que, para una persona no acostumbrada, usar una salsa de mesa picante puede dormir o anestesiar el paladar, deja claro que esa sensación no ayudaría a  entender y saborear el platillo degustado. Sin embargo, las salsas de mesa menos picantes pueden llevar a esta persona a entender cómo cambian y se complementan los platillos y apreciar los sabores. ¿Tú que opinas?: ¿que piquen o no piquen?

Las salsas de mesa mexicanas, ¿deben picar?