Ensenada se ha caracterizado por su producto marítimo, la calidad se puede observar en sus peces, crustáceos, moluscos y demás habitantes de las aguas oceánicas. Krug, a su vez,  se ha caracterizado por marcar tendencia en el mundo de los vinos espumosos, y qué mejor manera de mezclar ambos mundos que con una experiencia de pesca. ¡Aquí te contamos la extraordinaria experiencia! Fotos: Charly Ramos. 

 

Puerto Nuevo

 

champaña Krug

 

La forma más sencilla de llegar a Ensenada es a través del aeropuerto de Tijuana. Esta ciudad fronteriza se encuentra en constante proceso de renovación y es uno de los principales puntos de entrada al país vecino. Aquí abordamos una camioneta y comenzamos el viaje en carretera hacia nuestro destino final.

En el camino realizamos nuestra primera parada en uno de los puntos más emblemáticos: Puerto Nuevo. Conocido como “La capital de la langosta”, se ha convertido en un must para los amantes del exquisito crustáceo. Éste lugar se ubica a unos 40 kilómetros de distancia de Tijuana, sobre la carretera escénica, y su vista al mar es privilegiada.

El platillo tradicional en la mayoría de los restaurantes es la langosta al estilo Puerto Nuevo, cocinada en una fritura profunda y servida con frijoles, arroz, mantequilla clarificada y tortillas de harina hechas a mano. Como acompañamiento degustamos Krug Grande Cuvée, el maridaje perfecto para un platillo exquisito.

 

Bar Bura Champaña Krug

 

champaña Krug

 

Proseguimos nuestro viaje en carretera maravillándonos con la vista increíble del majestuoso Océano Pacífico, pero no estábamos listos para lo que vendría. Llegamos a Bar Bura, dentro del alojamiento Cuatro Cuatros, para observar una magnífica puesta del Sol.

El establecimiento se encuentra sobre un acantilado que te permite observar el movimiento del astro y los cambios en las tonalidades del manto celeste. Un auténtico espectáculo de la naturaleza que acompañamos con quesos y champaña Krug.

 

Cuatro Cuatros

 

champaña Krug

 

Después de un ajetreado día llegamos a las tiendas de campaña en donde dormiríamos todo el viaje. Cuatro Cuatros es un alojamiento para los amantes del glamping, ideado para convivir con la naturaleza pero manteniendo los lujos y la comodidad. Todas las tiendas están acondicionadas con calefacción y chimenea para sobrevivir a las frías noches o aire acondicionado para el cálido verano.

Las instalaciones son muy amplias y cuentan con una cómoda regadera con piso de madera. El alojamiento cuenta con un bar ubicado en el esqueleto de lo que fue un barco pesquero y un restaurante en donde podrás conocer más de la gastronomía característica del Valle. Tip: Puedes pedir cualquier alimento a tu habitación sin pagar un costo extra por el servicio.

 

Pesca del día

 

 

Para el segundo día nos aventuramos en el mar con un objetivo claro: pescar. La pesca moderna puede realizarse de diferentes formas y en esta ocasión el método fue el troleo. Consiste en lanzar los anzuelos y mantener el barco en movimiento constante, atrayendo a los peces.

Mientras el capitán guiaba el buque nosotros disfrutábamos del Sol mientras tomábamos más Krug, afirmando que todo el día es buena hora para tomar champaña. Cada vez que una de las líneas se movía se detenía el barco y tras una intensa lucha obteníamos el preciado premio: bonitas.

 

Manzanilla

 

 

champaña Krug

 

El día continuó y llegamos con los pescados como ofrenda al restaurante Manzanilla de los chefs Benito Molina y Solange Muris. Ellos nos recibieron como en casa y nos demostraron la manera correcta de trabajar un pescado. Iniciamos una aventura culinaria de cinco tiempos.

El primero: sorpresa marina hecha con erizo, ceviche de almeja chocolata con algas marinas, emulsión de ostión y sashimi de almejas generosas, maridado con una copa de Krug Grand Cuvée edición 166. Continuamos con unas deliciosas láminas de abulón y langosta montada sobre pipián de algas marinas, como acompañante pudimos probar una copa de Krug Rosé Vigésimo primera edición. Ésta champaña es única al incorporar vino tinto en su proceso de fermentación consiguiendo adquirir características excepcionales.

 

 

A la mitad de la comida apareció uno de los platillos más interesantes de la carta de Manzanilla, el taco del día. Ésta creación varía según el producto local disponible. Tuvimos la oportunidad de probar un taco de pescado rockot con chicharrón y salsa fresca de tomate. Los sabores y texturas del taco generaban sensaciones únicas en los comensales y no había mejor acompañante que una segunda copa de Krug Rosé.

El último plato fuerte fue un arroz cremoso con mariscos, maridado con un malbec Terraza de los Andes 2003. Cerramos con un delicioso postre maridado con Hennessy XO. Sin lugar a dudas Manzanilla es un templo gastronómico y una visita obligada al pasar por Ensenada. Su menú maridaje te cautivará. rmanzanilla.com

 

champaña Krug

 

La Guerrense

 

Nuestra última parada antes de emprender el viaje de regreso a la Ciudad de México fue en La Guerrerense. El negocio familiar opera desde 1960 y fue visitado por diferentes personalidades internacionales, incluyendo a Anthony Bourdain. Las tostadas de Sabina la han hecho cobrar fama en todo el mundo llegando a lugares tan lejanos como Singapur. Cuentan con una sucursal en el mercado Parián Condesa, de la Ciudad de México, que recibe producto de Ensenada cuatro veces a la semana. laguerrerense.com

 

 

 

 

 

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