El amanecer en tonos anaranjados del cielo de San Miguel de Allende se decora con el vuelo de globos aerostáticos desde mi terraza, en la habitación número 8, una de las 10 suites de ensueño que ofrece El Palomar Hotel Boutique. Casi me es imposible dejar de admirar la vista privilegiada al centro de esta Ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad, que me cautiva con la arquitectura neogótica de su Parroquia y con sus calles empedradas. Texto: Cecilia Núñez con información de Cynthia Benitez / Fotos: Cortesía.
Este hotel, fundado por el empresario y hotelero local Álvaro Zubeldia, nació en uno de los edificios emblemáticos del lugar y tiene más de 60 años de antigüedad. De 1950 al 2013, la construcción albergó un vecindario tradicional con encantadores departamentos. Hoy, convertido en este encantador hotel, en su interior destacan diversos elementos originales de una casona colonial, los detalles remiten a la inspiración europea que ostenta el México colonial.
“Es un poquito como estar en tu casa o como si fueras invitado por el dueño: la experiencia se vuelve mucho más personal, íntima y cálida”, afirma Álvaro Zubeldia, propietario de El Palomar.
Saborear Antonia Bistro
Por la tarde, reservo una mesa con vistas alucinantes para ver caer el Sol desde Antonia Bistro SMA, lidereado por chef Alejandro Cuatepotzo, quien ofrece una amplia gama de platillos en los cuales utiliza técnicas tradicionales e ingredientes de la región. Pido el coctel Antonia Herrera realizado con ron y jarabe de chile güero, y para comer: el fetuccini hecho en casa con rabo de res, lleva un queso maduro de oveja imperdible.
Por su privilegiada ubicación, a tan solo cinco minutos caminando del Jardín Allende, voy descubriendo cafeterías y galerías de arte a cada paso e internándome en este destino imperdible. Habitaciones: desde $3,900 MXN por noche.
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