Pueblos Mágicos de Chihuahua

Chihuahua es el  estado más grande de México, y significa “Señora del Desierto”. Su belleza natural se compone de un cálido desierto y  de hermosas cascadas, cañones, grutas y deslumbrantes bosques. Cuando vayas al centro no dejes de visitar el Cañón de Peguis, la majestuosa catedral,  sus estupendos museos y, por supuesto, sus Pueblos Mágicos.

Batopilas

Chihuahua

Su nombre proviene del tarahumara y significa “río encajonado”.  En 1708 surgió como una comunidad minera gracias a sus importantes yacimientos de plata. Cuando lo visites, admira sus plazas, sus puentes de roca y el impresionante acueducto que data del siglo XIX y que formaba parte de la Ruta de la Plata. Muy cerca de este Pueblo Mágico, puedes practicar ciclismo de montaña o bien puedes optar por comprar algunas de las bellas artesanías elaboradas por los tarahumaras como: ollas, tambores, bajos, arcos y violines. Cuando estés ahí, no pierdas la oportunidad de disfrutar de un caldillo de entrante o unos frijoles maneados; acompáñalo con lechuguilla, un licor hecho de maguey.

Casas Grandes

Casas Grandes

Se llama así por la proximidad que tiene con el sitio arqueológico de Paquimé, el cual es el atractivo principal de este Pueblo Mágico. Los religiosos franciscanos se establecieron allí con un grupo de indígenas conversos en 1661, y llamaron al asentamiento San Antonio de las Casas Grandes.  Recorre su río protegido por álamos, su encantadora plaza principal y entra a su templo parroquial. Cerca de ahí, a sólo 35 kilómetros, se encuentra el Arrollo de los Monos, un místico sitio con vestigios arqueológicos de las culturas Hohoka, Mogollón y Anasazi. Entra en alguno de sus restaurantes y de tomar pide sotol de víbora, mientras saboreas un placentero guisado abigeo que se prepara con carne seca, chile colorado y frijoles refritos.

Creel

Chihuahua

Enclavado en la Sierra Madre Occidental, Creel está en la lista de Pueblos Mágicos desde 2007. Gracias a su cercanía con la ciudad de Chihuahua y su estación de ferrocarril -fundada en 1907- es  probablemente la localidad más visitada de la Sierra Tarahumara. Parada obligada para quienes se dirigen a El Divisadero o la cascada Basaseachi, este lugar cuenta con una bella explanada y dos iglesias de construcciones simples, pero bellas que merecen ser visitadas. Para la hora de la comida, prueba el típico cocido de carne o una tradicional chilaca rellena de queso, acompañada de un tejuino, bebida distintiva del lugar.