A los vinos mexicanos los anteceden una larga historia que inicia con la Conquista. Por ello, el sommelier Miguel Ángel Cooley nos cuenta los hechos más trascendentes y cómo pinta el panorama actual.
Al hablar del vinos mexicanos siempre hay debate. Existen diversas opiniones acerca de este mercado en desarrollo, pero con mucha historia. Recordemos que en 1517, Juan de Grijalva bebió vino con Moctezuma en Tenochtitlan; para 1521, Hernán Cortés introdujo la viticultura en México y ordenó que por cada indígena se plantaran 10 sarmientos de vid.
La producción de vino en México fue tan importante que empezó a exportarlo a España, lo que causó la baja de precio en el producto. Por ello, Felipe II expidió una cédula real en 1595, en la que prohibió la producción de vino en nuestro país, ordenando que se quemaran los viñedos, excepto los de la iglesia.
También es importante decir que en 1597, Felipe II autorizó plantar viñas para producir vino y brandy. Así nació la Hacienda San Lorenzo, hoy conocida como Casa Madero, en Parras Coahuila, lo que la convierte en la bodega más antigua de toda América.
Cabe destacar que nuestra evolución en la producción de vino se vio afectada por las guerras civiles; hasta 1940 empezó un despunte importante en la viticultura del país.
Hoy, México produce vino en 11 estados: Baja California, Coahuila, Chihuahua, Sonora, Aguascalientes, Zacatecas, Guanajuato, Querétaro, Nuevo León, Puebla y San Luis Potosí. Y cuenta con más de 6 mil hectáreas de viñedos y 230 vinícolas. Baja California es el principal productor, con 70%, según cifras del Consejo Mexicano Vitivinícola durante 2019.
Fiebre vinícola en México
Desde hace algunos años varias entidades se han sumado a la fiebre vinícola. Sonora ya era productor de uva de mesa; en 2011 comenzaron las pruebas con distintas cepas y en 2016 se hizo la primera vendimia por la bodega Uvas de Altura.
Puebla en 2018 presentó su primer vino de uvas 100% poblanas, llamado Preludio, por Casa Miguel Hernández. Por último y no menos importante San Luis Potosí: aquí el empresario Carlos Quintanilla, a pesar de recibir negativas para emprender su proyecto de Cava Quintanilla, decidió aventurarse.
En 2011 plantó las primeras vides y logró al 2019 tener 11 cepas tintas y tres blancas, así como más de 100 hectáreas de viñedo. Realizó su primera vendimia en 2016, con una producción de 6 mil litros, y consiguió en 2019 procesar 12 mil litros.
Retos del vino mexicano
Es importante resaltar los retos que vive el vino mexicano. Uno de ellos es que es considerado un producto de lujo, y 42.5% del precio de una botella de vino son impuestos (16% IVA y 26.5% de IEPS), lo que provoca que el mexicano prefiera un vino extranjero.
El Consejo Mexicano Vitivinícola ha trabajado en impulsar el consumo a través de campañas que argumentan que, a pesar de los impuestos, hay vinos desde $200 pesos con una relación precio-calidad muy interesante, por lo que apostar por lo hecho en nuestro país puede ser una gran opción.
¡Bebamos más vinos mexicanos! Estoy seguro de que no has probado todas las regiones, así que tienes un gran pretexto para que este año te aventures a descubrir lo que produce nuestro país”. Aquí cinco recomendaciones de vinos mexicanos:
Perseus, nebbiolo sangiovese, Valle de Guadalupe
Vino tinto rojo intenso, con matices violáceos. Aromas a frutos negros maduros, en boca es redondo, con buena armonía. Costo: $890 pesos.
Cava Quintanilla, reserva Syrah, San Luis Potosí
Vino tinto color rojo violáceo, con notas aromáticas a pimienta negra y compotas de frutos rojos; en boca presenta buen equilibrio, taninos maduros, con una larga permanencia. Costo: $524 pesos.
Fauno, blend, Valle de Guadalupe
Vino tinto color ciruela intenso, con aromas a tabaco, cedro, cerezas y pétalos de rosa, gracias a sus 13 meses de barrica. En boca es de gran estructura, con taninos firmes, y de largo final. Costo: $864 pesos.
Montefiori, shiraz cabernet, Valle de Guadalupe
Vino tinto color rojo profundo; en nariz tiene notas a frutos negros maduros, como higo, ciruela y zarzamora; en boca un tanino elegante, de textura sedosa. Costo: $464 pesos.
Casa Madero, gran reserva cabernet sauvignon, Parras
Vino tinto rubí profundo, al olfato es elegante, destacando grosella y cereza; en boca es suave y equilibrado, con sabores de chocolate y un agradable retrogusto. Costo: $817 pesos.