Bendita semilla del fruto de cafeto. Caliente, frío, con hielo o mezclado, esta bebida es tan apasionante que ha logrado que la Organización Internacional del Café, con sede en Londres, decretara el 1 de octubre como el Día Internacional del Café. Celebra con nosotros haciendo homenaje a este grandioso producto. Texto: Andrea Cabrera y Aurora Yee.
Del arbusto a tu taza
La bebida del café que cae de la taza a tu boca proviene de un arbusto de la familia de las rubiáceas originario de Sudán y Etiopía. Esta semilla tiene aproximadamente un centímetro de largo, color entre amarillento y verdoso, y posee una figura peculiar curveada de un lado y plana del otro.
Para conseguir el preciado grano de café, el proceso consiste en extraer las semillas del fruto del cafeto y tostarlas para desprender tonos, aromas y sabores característicos. Entre más prolongado el tostado, más amargor y menos acidez tendrá el grano de café, por lo que este paso es fundamental para crear el ensamble perfecto que se adapte a los gustos de consumidor.
Divino grano aromático
La palabra café o caffe viene del turco kahve. Los holandeses fueron los primeros europeos en comerciar esta bebida, variaron el término a koffie y posteriormente los italianos latinizaron en caffé.
En promedio se producen más de 100 millones de sacos de café al año en los países productores situados en la zona tropical. Sin embargo, la historia del café se remonta al siglo XV en Yemen, país al sur de la península de Arabia.
Está documentado que ya se bebía café en Adén (actualmente Yemen) en el año de 1420, y poco a poco la costumbre se fue extendiendo. Los primeros cafés surgieron en La Meca al oeste de Arabia Saudita, y para 1510 surgió la primera cafetería en El Cairo capital de Egipto.
Posteriormente se extendió a Constantinopla donde en el año 1534 aparece por primera vez escrito el nombre de “café”. Y Venecia fue el primer país occidental en importarlo alrededor de 1615. Finalmente en 1669 ya era una bebida de moda en la corte y nobles de Francia, mientras que en 1668 se establecía la primera referencia del café en Norteamérica.
El mundo con olor a café
Más del 90% de la producción mundial es responsabilidad de Coffea arabica y Coffea canephora. Brasil es el primer exportador mundial de la primera especie, y le siguen India, Indonesia y Vietnam con la producción de la segunda.
Mientras que en México, de acuerdo con información de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, la producción del café contabiliza una superficie de más de 712 mil hectáreas. De ellas, aproximadamente el 90% de la superficie cultivada se concentra en Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla y Veracruz.
Asimismo, se sabe que México produce alrededor de 2 millones 844 mil sacos de café verde; y un estudio realizado por Euromonitor Consulting, reveló que el consumo de café en nuestro país rebasa las 87 mil 300 toneladas. Mientras que en el mundo, diariamente se consumen entre 600 y 2 mil millones de tazas de esta infusión obtenida de granos de café molidos, siendo Finlandia el mayor consumidor.
Beneficios para la salud
El café es poco calórico, siempre y cuando no se le agregue azúcar. A esto se le suman los beneficios que aporta a tu cuerpo por su principal constituyente, la cafeína, como el de estimular el sistema nervioso a nivel intelectual y físico. Además, su efecto en los vasos sanguíneos puede ser eficaz contra la migraña y ciertas enfermedades cardiacas.
Cientos de formas de consumirlo
La versatilidad del café permite que pueda ser consumido no solo en su estado puro tras una infusión. Además de dar paso a ristrettos, expresos, americanos y demás, puede ser combinado con leche o un sustituto para crear lattes, capuchinos o frappés; con chocolate da paso a los mocaccinos; con destilados y crema, surgen irlandeses (whisky) y balalaikas (vodka); y con licores, como es el caso del afamado carajillo. Éste último se logra al mezclar partes iguales de Licor 43 y un expreso.
Para los paladares más dulces, está el affogato, un postre que resulta de combinar helado de vainilla con expreso caliente. O bien, pieza como pieza clave en pasteles como el Ópera o los que incorporan moca como sabor principal. No importa cuál es tu preferido, esta apasionante bebida es el acompañante ideal. Y tú, ¿ya te tomaste el primero del día para despertar al mundo?