Descubre los sabores y las historias de las cepas autóctonas italianas más memorables, con el sommelier Miguel Ángel Cooley.
Italia es un referente obligado si se habla de vinos del Viejo Mundo. Es un país en el que se elabora vino en casi todo el territorio y se tienen referencias de la existencia de más de dos mil variedades de uva. A México llegan cada día mejores vinos italianos, por lo que es interesante descubrir las uvas más apreciadas de esta latitud.
En el Piamonte, la uva insignia es la nebbiolo, sobre todo en la denominación de origen protegida Barolo y Barbaresco. Más allá de ésta, podemos encontrar una uva blanca proveniente de las colinas de Roero llamada arneis, mencionada por primera vez en 1432 y que para el año 1970 se encontraba casi extinta. Productores como Vietti y Bruno Giacosa lograron su renacimiento. Gracias a esta labor podemos disfrutar de vinos en los que se aprecian aromas a cítricos, flores y almendras. En boca, deja una acidez muy vivaz. Esto hace de la arneis una experiencia diferente y difícil de olvidar.
Al noreste, en la región vinícola Trentino, existe una uva muy especial con una historia excepcional: la marzemino. Se dice que es muy antigua, aparecen registros desde 1553. Además, el compositor austriaco Wolfang Amadeus Mozart la probó cuando se encontraba en Val Lagarina para su primer concierto en Italia en 1769.
Y se convirtió en una de sus favoritas. De hecho, en su obra Don Giovanni, durante el acto segundo, en la escena 17, el héroe exclama: “Versa il vino, Eccellente Marzemino” (vierte el vino, excelente Marzemino).
Al centro de Italia, en la Toscana, la uva sangiovese, con su elegante paleta aromática, así como su extraordinaria acidez en boca, es la protagonista, en el Chianti, el Montalcino y el Montepulciano. Sin embargo, en Umbría, las uvas grachetto y sagrantino le roban el show a la sangiovese.
El sur de Italia, con su clima mediterráneo y sus espectaculares vistas nos invita, primero, a tomar unas vacaciones inolvidables. Pero también a probar vinos golosos y poderosos. Así, en la región de Basilicata encontramos una uva llamada aglianico. Existen diversas hipótesis sobre cuándo apareció en Italia; unos dicen que fue llevada por los griegos durante el siglo VI a.C., otros que apareció hasta 1520.
La aglianico es la uva perfecta para estas regiones, ya que tarda mucho tiempo en madurar, por lo que estos climas de extrema exposición solar, en lugar de perjudicar, le benefician. Se exhibe con un color rojo púrpura; su nariz aporta frutos negros en confitura y flores moradas, pasando por notas cremosas de chocolate y vainilla. La boca se llena de taninos poderosos y dulces, así como de gran acidez, que balancea correctamente el paladar. Los exquisitos matices de estas cepas son un excelente inicio para que te aventures a probar el mundo del vino italiano, el cual nunca deja de sorprender. ¡Salud!