Las catas se han vuelto una práctica habitual dentro de la oferta gastronómica. Vinos, cervezas artesanales, mezcal, café, chocolate… De acuerdo con los estandartes de la buena mesa, un abanico amplio de productos de calidad es perfecto para ser degustado y analizado, incluyendo… ¡los insectos!
Cata multisensorial con chocolates e insectos
La propuesta de la chocolatería Le Caméléon es una cata multisensorial con chocolates e insectos. El chef Rigel Sotelo Schmelkes realiza una introducción magistral sobre la costumbre de la entomofagia y nos describe uno por uno los insectos que vamos a saborear, esto con la intención de no perder un ápice de las texturas y sabores de esta superfood que poco a poco va recuperando su importancia dentro del arte culinario mexicano.
Una vez familiarizados con la hormiga chicatana, el cocopache y los escamoles, es el turno de Sophie Vanderbecken, catadora profesional de origen belga y fundadora de Le Caméléon. Sophie hace una breve presentación sobre el chocolate para que los participantes de la cata conozcan cuál es el verdadero chocolate. Y sepan si lo están consumiendo o no, pero en ningún momento nos describe los dulces y deliciosos productos que se encuentran frente a nosotros.
¿Cómo comenzó la degustación?
Antes de iniciar con la degustación, Rigel nos dice que no es una cata normal, por lo que está prohibido utilizar las palabras para describir las sensaciones que los alimentos nos producen. Al ser una experiencia multisensorial, todo se realizará con las manos y a través de elementos externos que nos ayuden a expresarnos, como piedras, granos de arroz, hojas, mazorcas…
Primero es el turno de los escamoles junto con un chocolate relleno. El ejercicio consiste en explicarnos a nosotros mismos qué sentimos para después, con el siguiente bocado, explicárselo a nuestro compañero al lado. La experiencia es muy divertida porque, aunque no conozcas a la persona, la conexión que se establece es compleja, y a pesar de que no se pueden usar las palabras, el entendimiento con el otro es perfecto.
Después llegan las hormigas chicatanas; para degustarlas como se merecen, con nuestros dedos cortamos la cabeza y el torso por un lado, y la cola por el otro. En la boca, las dos mitades son muy distintas, por lo que es necesario tomar otra para esta vez sí maridar la hormiga con un bombón relleno.
Por último, es tiempo de la joya de la cata: el cocopache, un insecto pariente de la cucaracha que si bien puede causar cierta aversión, en boca es un auténtico manjar. La cata termina con la degustación de una cerveza artesanal ale oscura deliciosa de Atlixco, Puebla, llamada Osadía y que pertenece a la cervecería Cinco de Mayo.
Le Caméléon realiza este tipo de catas dentro de su club un sábado al mes; los afiliados podrán disfrutar de una cata como ésta en dos horarios distintos, a las 11:30 de la mañana o a las 17:00 horas.