Noches de Humo es el punto de encuentro entre The High Club, un concepto nuevo, original e innovador, exclusivo para fumadores, y Bowie, el restaurante que se ha dado a conocer por hacer del humo el principal ingrediente de sus platillos y bebidas, mezclando tradiciones culinarias mexicanas con un giro moderno.
The High Club
Es la smokeshop que pretende traer a la Ciudad de México la esencia de aquellos clubes londinenses del siglo XVIII. Conocidos como los Gentlemen’s Clubs, espacios de debate, conversación e intelectualidad; lugares donde la finalidad es disfrutar la compañía de los amigos, jugar billar o charlar fumando un buen tabaco.
Pipas, cigarros electrónicos y vaporizadores
Aquí, hombres y mujeres son bienvenidos por igual para conocer la oferta de esta tienda tan particular: la más alta tecnología en pipas, cigarros electrónicos y vaporizadores, diversos sabores de tabaco y una gran selección de accesorios. Además, The High Club promueve el consumo local, ya que sus tabacos provienen de distintas regiones del país como Chiapas. Y cuenta con ingredientes naturales y orgánicos.
Por su parte, Rodrigo Carrasco, chef y autor de Bowie, tiene el objetivo de llevar a otro nivel la experiencia gastronómica. Todo a través de la cocina de humo; un concepto que fusiona un viaje a Texas, los cuchillos Bowie. Y sin dejar atrás el gusto por la música, el estilo y la filosofía de David Bowie.
Noches de humo
Ambos proyectos han encontrado un común denominador y se han unido para crear Noches de Humo, con el fin de lograr una experiencia de degustación única, bajo un maridaje etéreo, diferente e interesante. Durante la cena se disfrutaron tres platillos de Bowie, cada uno acompañado al final, de un sabor de tabaco acorde a las características y sabores del platillo.
El espectáculo inició con el carpaccio de betabel pasado por mezquite, alioli, almendras, queso de cabra y limón eureka, que al destaparse, sorprendía con el humo de la hojarasca del betabel, y al terminar volvía a impresionar con las notas cítricas del tabaco con sabor a Mojito, una combinación festiva y singular.
El solomillo de res sellado a las brasas y acompañado de vegetales de las chinampas y una espuma de puré de papa, protagonizó el segundo tiempo, y se volvió aún más especial al probar el tabaco con sabor a champán y frambuesa.
Por último, se presentó el postre y la noche de humo llegó a su cúlmen con los buñuelitos con chocolate y jamaica, combinados con aromas a helado de vainilla y fresas con crema, un deleite absoluto.
Sin duda, Noches de Humo es una forma alterna de coincidir a la mesa y de disfrutar del comer entre sabores intensos y serios, sin dejar de lado lo divertido y colorido, invitando a ser atrevido, a probar cosas nuevas y a nunca dejar de maravillarse.