Miguel Ángel Cooley, nuestro sommélier preferido, sigue promoviendo la cultura del vino a través de espectaculares noches de cata, que se llevan a cabo una vez al mes en sus restaurantes Gloutonnerie o Lipp La Brasserie.
Mundo del vino mexicano
La velada del pasado miércoles 21 de septiembre, versó sobre el mundo del vino mexicano. Para ello, nuestro experto sommélier hizo una exhaustiva introducción del origen de las vides en México. Para que los comensales pudieran entender cómo había sido su evolución hasta llegar a los vinos contemporáneos.
Además, Cooley se detuvo en todas las regiones del país en donde se produce vino de calidad.
- Baja California.
- Zacatecas.
- Aguascalientes.
- Guanajuato.
- Querétaro.
- San Luis Potosí.
- Coahuila.
- Chihuahua.
Son para el experto una prueba de que las cosas se están haciendo por el buen camino. “Con el tiempo podremos ser un país con muchas expresiones distintas gracias a los diferentes terruños que posee México. Esta es una de las grandes ventajas que tenemos”, destacó nuestro sommélier de casa y autor de la «Columna del Vino» en Food and Travel.
El primer vino elegido para abrir la noche fue un caldo del Valle de Guadalupe de la bodega Viñas del Sol, Santos Brujos 2014. Un chardonnay con notas de frutos secos y bollería que maridaba con la propuesta del chef, un amouse bouche elaborado con queso de Oaxaca tibio con reducción de jitomate.
Después llegó un vino Malbec de Zacatecas etiqueta Tierra Adentro 2011 ligero, de acidez alta, un nivel medio alto de alcohol y un tanino muy bien integrado. Miguel Ángel Cooley recomendó guardarlo en la bodega durante tres años porque el vino evolucionará de una manera espectacular. Para maridarlo, el chef de la casa, Said Padilla, ofreció robalo al grill con jitomates al chipotle, polvo de tortilla y piña asada.
El tercer vino elegido para la ocasión fue la sorpresa de la noche para todos. La etiqueta La Casona 2011 de Chihuahua enamoró a más de un comensal por su equilibrio y su masculinidad. Ante este sorpresivo caldo, Miguel Ángel Cooley señaló que la prueba irrefutable de que el vino mexicano estaba creciendo eran productos de tan alta calidad como el que se acababa de catar. Para maridarlo, el chef sirvió un exquisito lechón confitado con puré de aguacate sobre tortilla de maíz azul.
La costilla de venado con recado negro y elotito baby con alioli fue el cuarto tiempo. Mismo que fue maridado con dos caldos para no saturar de comida a los presentes. El primero de ellos pertenecía a Casa Madero, la bodega más antigua de toda América, un Casa Grande Shiraz Parras Coahuila 2011. Después se cató un espectacular Paolo Nebbiolo de Guadalupe BC 2012. Durante la cata de este último, nuestro sommélier destacó que México no tenía una uva insignia como les sucede a países como Chile o Francia aunque muchos expertos apuntaban que el Nebbiolo podría ser esa variedad. Como broche final se sirvió un tequila Herradura Selección Suprema XA junto a una deliciosa crème brûlée de café.
La próxima será parte de las noches de cata, y se realizará el 26 de octubre en el restaurante Lipp La Brasserie y se hará una introducción a los vinos italianos Barolos y Barbarescos, junto a un menú con trufa.