Castillos, amuletos, bosques, ruinas y rutas de peregrinación… La superficie de Galicia está repleta de lugares mágicos cuyo encanto se puede percibir en su historia, belleza y gastronomía. Un viaje para descubrir algunos de los más especiales de esta comunidad autónoma parte de la llamada España Verde. Fotos: Arturo Torres Landa.
Lugares mágicos en Galicia que debes visitar
Santiago de Compostela
Más de 400 mil personas acudieron a Santiago de Compostela durante los primeros cuatro meses de 2024, lo cual dice mucho del magnetismo que la capital gallega ejerce en los viajeros. Considerada por millones de fieles como el sitio de descanso del apóstol Santiago, sin lugar a dudas es uno de los lugares mágicos de Galicia que se debe visitar no solo por ser el destino final del Camino de Santiago, sino por toda la energía que le imprimen esos cientos de miles de caminantes. Los hay quienes realizan el camino por fines espirituales, dispuestos a ingresar en la Catedral de Santiago de Compostela para abrazar —durante algunos segundos— la imagen del discípulo de Jesús, mientras que otros lo hacen por deporte, recreación o como prueba personal.
Sin importar los motivos, hay que detenerse en la Plaza del Obradoiro, frente a la imponente catedral, para ver a los peregrinos abrazarse, cantar y bailar animados por haber recorrido los kilómetros que unieron durante siglos a España y Galicia con el resto de Europa; basta con caminar por la Rúa do Franco o la Praza das Praterías para empaparse con el ánimo y ruido de una ciudad que le debe mucho de su vida a los viajeros. Y si se agrega al evento la posibilidad de escuchar una banda de gaitas gallegas, caer en el hechizo de Santiago de Compostela queda asegurado.
Castillo de Vimianzo
Cuando se piensa en lugares mágicos en Galicia, sin lugar a dudas, se piensa en castillos. Un ejemplo de la magia que encierran estas construcciones es el Castillo de Vimianzo, situado en la provincia de La Coruña y con orígenes en el lejano siglo XIII, en plena Edad Media.
El Castillo de Vimianzo conserva sus cuatro torreones con uno principal denominado Torre del Homenaje, coronada por almenas de piedra. También preserva su patio interior, muros y escalinatas, labrados en una piedra gris que, gracias a la lluvia habitual de Galicia, se suele cubrir de musgos, plantas y enredaderas, dándole un aspecto aún más auténtico.
Sin embargo, más allá de lo arquitectónico, lo que lo convierte en uno de los lugares mágicos de Galicia que todo viajero debe visitar es la Muestra de Artesanía al Vivo instalada en su interior. Allí, se puede aprender sobre la elaboración de técnicas artesanales como el encaje vimiancés, el tejido en lino, la alfarería, cestería o el trenzado en paja, todo en voz de los habitantes de la vecina villa de Vimianzo. Además de admirar cómo trabajan el telar, también podrán compartir historias sobre los artículos y amuletos que venden para protegerse de las meigas, hechiceras que protagonizan muchas de las historias del folclor gallego…
San Andrés de Teixido
Una adagio gallego reza: «A San Andrés Teixido va de muerto quien no fue de vivo«, así que más vale conocer esta aldea de Ferrol cuando aún es posible respirar su aire salino, asomarse por sus acantilados y ver cómo el sol se hunde en las aguas heladas del Atlántico. Y es que San Andrés Teixido es el segundo punto de peregrinación más popular de Galicia, uno de los lugares mágicos de Galicia más antiguos pues su mística se remonta a la época de los druidas, quienes creían que aquí se hallaba una entrada al Más Allá. Hoy, los peregrinos acuden a la iglesia gótica de San Andrés para venerar al apóstol que, según la leyenda, llegó a este rincón del mundo en una barca que se petrificó al tocar la orilla.
Las historias también afirman que un melancólico San Andrés le pidió ayuda a Jesús para que su remota ermita recibiera peregrinos, a lo cual le respondió que, a partir de entonces, quienes no acudieran reencarnarían en forma de animal y no tendrían descanso hasta cumplir con el cometido. En la actualidad, se pide a los caminantes tener cuidado al pisar con el fin de no dañar a las lagartijas e insectos en las cercanías de San Andrés de Teixido. Queda en la fe de cada quien creer si, en efecto, son almas que completan la travesía para mojarse los labios en el manantial de la Fuente del Santo, con la esperanza de que sus deseos se les cumplan; para dejar un exvoto de cera dorada al interior de la cueva al pie de la iglesia, donde las velas escarlata iluminan los ojos de los cientos de personas cuyas fotos han sido dejadas ante el santo como agradecimiento o petición.
Pontemaceira
Existen lugares mágicos en Galicia cuyo encanto no se debe solo a las historias, sino que reside en su belleza. Este es el caso de Pontemaceira, en La Coruña, un poblado de 60 habitantes a 17 kilómetros de Santiago de Compostela donde el plan perfecto consiste en caminar por su puente románico, oír cómo el río Tambre resuena entre los juncos y ver cómo se disipa la neblina al alba.
A pesar de su tamaño, Pontemaceira atrae a los peregrinos del Camino de Santiago en busca de comida o descanso, pues cuenta con algunas posadas habilitadas para ello. También se pueden visitar sus horreos (graneros tradicionales gallegos) e incluso echar un vistazo al interior de un molino cuya tahona aún está unida a la corriente del río. No en vano, fue nombrado uno de los Pueblos Más Bonitos de España y es considerado uno de los lugares más mágicos de Galicia.
Corrubedo y el Castro de Baroña
Galicia es tierra marinera, de ello no queda duda. La marea (más suave en sus rías, feroz en buena parte de su costa accidentada) y la humedad de sus cielos grises han formado en los gallegos un ánimo melancólico difícil de explicar pero bien encapsulado en un sentimiento: la morriña gallega. Para experimentarla, hay que explorar sus pueblos marineros, como es el caso de Corrubedo. Aquí, después de comer agujas o longueirones a la plancha con albariño y pan, hay que caminar por su costera para ver a los pescadores arrastrar sus botes fuera del agua, eviscerar pescados, reparar redes.
La relación de los gallegos con el mar es antigua, y de ello da testimonio el Castro de Baroña, a 20 kilómetros de Corrubedo. En este conjunto arqueológico de la Edad del Hierro se puede tener una idea de la vida antes y durante la llegada de los romanos. Azotado siempre por las olas, se cree que fue también un centro religioso, en tanto que la belleza agreste de sus ruinas labradas por el viento ha inspirado a numerosos artistas. Sin duda, uno de los lugares mágicos de Galicia que hay que visitar.
Fisterra
Hubo en una época en la que los antiguos habitantes de Eurasia creían ver en Galicia el último tramo de la Tierra, donde todo lo conocido se precipitaba hacia un océano de límites sin definir. Fueron varias las penínsulas rocosas consideradas «el fin del mundo» por celtas, romanos y fenicios, pero de entre todas ellas sobresale Fisterra, en La Coruña, por su ubicación en el extremo occidental de Europa y por el espectáculo que ofrece: la posibilidad de ver los últimos rayos del sol antes de ser engullido por el mar. Así, antes de que los fieles peregrinaran a Galicia para abrazar a Santiago en la colina donde caían las estrellas, varios ya lo hacían para venerar al astro rey en el sitio donde «moría» cada día.
Hoy en día, muchos peregrinos continúan su andar hacia Fisterra, incluso después de haber cumplido el objetivo de llegar a Santiago de Compostela. En el punto final del viaje les aguarda un faro envuelto en luz y niebla, tiendas y restaurantes, así como un promontorio de rocas en donde a los caminantes les gusta descalzarse, tomar asiento y dar un suspiro final con los ojos puestos en el mar y el atardecer. El cierre ideal para cualquiera que se adentre en Galicia en busca de sus lugares más mágicos.