Hace un par de semanas, se registraron temperaturas históricas de 18.3 ºC en la Antártida, lo que provocó el deshielo de una buena parte de su superficie. Las imágenes captadas por la NASA son impactantes por su aparente disminución de nieve, pero sobre todo nos hacen reflexionar acerca de nuestra huella ecológica, pues nuestras acciones afectan directamente al medio ambiente y las consecuencias no tienen vuelta atrás. Fotos: NASA Earth Observatory / Joshua Stevens / Adobe Stock.
¿Qué sucedió?
Las altas temperaturas registradas del 5 al 13 de febrero en la Antártida han ocasionado el deshielo de una parte en la superficie en el norte y sur de la península. Considerando el punto de congelación que se necesita en este lugar, hablar de 18.3 ºC suena sorprendente. Esta temperatura fue obtenida por un termómetro en la base antártica argentina de Esperanza, y se declaró que es la más alta registrada en los últimos cinco años. Este récord ocasionó que la capa de nieve de Eagle Island se derritiera 106 milímetros.
Los deshielos son frecuentes en esta parte de la Antártida, sin embargo, lo más alarmante no es que sucedan, sino que están pasando con más frecuencia. Esta situación es una de las consecuencias del calentamiento global, ocasionada por la emisión de gases de efecto invernadero que provocamos a diario.
Consecuencias
Pero esta situación va más allá, es cada vez más frecuente y tiene consecuencias a nivel global. Una de ellas es el aumento del nivel del mar, con lo que se perderían costas y ciudades. Se estima que el deshielo que se produce, solo en la Antártida, ha contribuido un ascenso de 7.6 milímetros, y va creciendo a pasos acelerados. Se estima que en menos de 100 años podría aumentar a 85 centímetros. Otras consecuencias que se derivan del derretimiento de los polos son el desequilibrio de los ecosistemas y del clima, así como los cambios en las corrientes marinas.
Actúa por el planeta
Aunque parecieran mínimas, hay muchas acciones que puedes realizar a favor del medio ambiente. Ahorra energía eléctrica, verifica que tus aparatos eléctricos hagan un uso eficiente de la energía y desconéctalos cuando no estén en uso; evita aquellos que no necesitas, como la secadora. También es importante reducir tus emisiones de carbono, usar transporte público y optar por vehículos híbridos o eléctricos. Por último, aplica las 3 R: Reduce, Recicla, Reutiliza. Y lo más importante: actúa con conciencia ambiental.
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