Si quieres hacer tu primer safari y no sabes por dónde empezar, toma nota de estos consejos. Platicamos con Clara Del Castello, PR Manager para Latinoamérica de la empresa Wilderness, encargada desde 1983 de crear experiencias de viaje por distintas reservas naturales en África.  

¿Qué destino elegir para hacer tu primer safari?

Tal vez esta sea la primera pregunta al planear esta aventura: ¿adónde ir? La recomendación es Botsuana, al sur del continente, por ser uno de los países con diferentes áreas naturales, paisajes majestuosos y una alta concentración de esas especies que seguro asocias con África: elefantes, jirafas, hienas, guepardos y leones.

De hecho, en Botsuana tienes la opción de incursionar en el desierto o hacer el safari en un bote a través del Delta del Okavango, catalogado como Patrimonio Mundial por la UNESCO gracias a su excepcional característica de praderas inundables de forma estacional, lo que ha marcado el ritmo de la vida silvestre según lleguen esas inundaciones.  

Mejores fechas para hacer tu primer safari

Algo importante que debes considerar son las estaciones del año, y que en aquel lado del continente están en el sentido opuesto al que experimentamos en el hemisferio norte. Por eso, la mejor idea para tu primer safari es en invierno, es decir, de junio hasta finales de octubre, cuando ya comienzan los primeros días de primavera. ¿La razón? Temperaturas más bajas que no solo te permitirán tener una mejor experiencia, sino que garantizan mayor visibilidad de vida silvestre por estar en temporada más fresca.  

De cualquier manera, si tus planes no se adaptan a estos meses y decides viajar de noviembre en adelante, la ventaja es que será temporada baja, pero el calor se incrementa. Una buena solución podría ser buscar alojamientos con posibilidades para refrescarte, como albercas.  

¿Cuántos días se recomiendan?

Seguro en tu primer safari vas a querer explorar la mayor cantidad de lugares posibles. El consejo es pasar al menos tres noches en el campamento de tu elección, y, si vas a moverte por otras regiones, sumar el mismo número de noches en cada opción.  

Además, agrega a tu itinerario dos días para los vuelos, uno para la ida y otro de regreso hasta México, así como un día extra para recuperarte del jet lag. A propósito, un buen consejo es que descanses en un destino previo a la llegada al safari, pero que se encuentre en el mismo huso horario para que a tu arribo al campamento estés alerta y con todos los sentidos puestos en la magnífica experiencia.  

¿Viajar solo o en familia?

Ambas opciones son posibles, pero debes asegurarte de algunos elementos, según sea el caso. Por ejemplo, si vas con niños, la sugerencia es que sean de unos 6 a 7 años en adelante para que puedan comprender de mejor manera la vivencia. También, puedes buscar opciones de itinerarios para menores en tu alojamiento, que incluyen actividades exclusivamente para la edad de los pequeños y su interacción con el mundo silvestre.  

De lo contrario, también es un viaje que pueden disfrutar los viajeros en solitario, pues el sentido de acompañamiento siempre está presente, ya sea a través de las personas locales o con la misma aventura de descubrirte en un hábitat poblado de animales extraordinarios.  

Y finalmente: ¿por qué hacer un safari? 

Paisajes, cultura y diversidad son algunas de las razones que mueven a muchos a hacer su primer safari, pero también hay otro motivo: desconectarse del mundo diario para reencontrarse con algo tan sorprendente como la vida misma del otro lado del mundo. El entorno natural podrá llevarte a ver lo pequeño que lucen los problemas cotidianos, así que es una buena oportunidad para reencontrarse y cambiar la manera de percibir las cosas. ¿Ya te convenciste de tener esta maravillosa experiencia? 

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