Desde su inauguración en 1912, el Hotel María Cristina, ubicado en el corazón de San Sebastián, ha alojado a reyes, estrellas de cine, escritores, músicos y viajeros que buscan algo más que una habitación con maravillosas vistas. Y es que, si bien su silueta de piedra dorada a orillas del río Urumea y frente al mar Cantábrico forman parte del paisaje de la ciudad, es su historia y estilo lo que lo hacen realmente único. Descúbrelo. Fotos: Cortesía.
Conoce el Hotel María Cristina en San Sebastián
Este histórico inmueble lleva el nombre de la reina María Cristina, promotora de su construcción y figura clave en la transformación de San Sebastián en destino de veraneo de la aristocracia europea. A su alrededor, la ciudad se convirtió en un punto de encuentro de intelectuales, diplomáticos y artistas. La memoria de aquellos días sigue viva: desde la suite Bette Davis —donde la actriz hollywoodense pasó sus últimos días— hasta los retratos en blanco y negro que decoran los pasillos. Aquí han dormido destacadas celebridades como Sophia Loren, Gregory Peck, Brad Pitt, Al Pacino, Julia Roberts, Pedro Almodóvar y Penélope Cruz. Cada septiembre, durante el Festival Internacional de Cine, la lista se actualiza.

Espacios que honran el pasado sin renunciar al presente

Las 139 habitaciones y suites ofrecen interiores serenos, paletas neutras, textiles elegantes y tecnología de última generación. Las vistas al río, a la ciudad o al mar añaden un toque único. Las Royal Suites y su arquitectura ovalada, las terrazas privadas, los sistemas de sonido Bose o la cama con dosel de la suite Bette Davis resumen la propuesta: comodidad sin excesos, lujo con memoria.
Los tres salones principales —Ibaia, Elcano y Zubia— combinan la decoración clásica con tecnología de vanguardia. Con capacidad para reuniones íntimas o celebraciones de hasta 700 personas, cada espacio mantiene el estilo de la Belle Époque y adapta su carácter al evento que lo ocupa.
También hay lugar para las familias. Habitaciones amplias, camas adicionales, cunas disponibles y un equipo de conserjería que entiende las necesidades de quienes viajan con niños. Las recomendaciones para explorar la ciudad en familia forman parte del servicio.


Gastronomía con identidad vasca y mirada internacional
La cocina y coctelería es parte del ADN del Hotel María Cristina. En Dry San Sebastián, bar ideado por el galardonado coctelero Javier de las Muelas, los tragos recuperan el glamour de los años dorados con guiños al entorno: ginebra, manzana verde, sidra, jengibre. Café Saigón, por su parte, recorre Asia con técnica y personalidad. Durante el verano, la propuesta se renueva con pop-ups que invitan a chefs de renombre a reinterpretar la cocina vasca desde una perspectiva contemporánea. Hélène Darroze y Francis Paniego han sido parte de esa historia.
Mimo San Sebastián amplía la experiencia con una tienda gourmet —quesos, embutidos, vinos, productos locales— y una escuela de cocina donde se celebran catas, clases prácticas y recorridos guiados por los bares más emblemáticos de la ciudad. La tradición del pintxo se comparte aquí como conocimiento vivo y no como anécdota turística.
El desayuno se sirve en un salón de techos altos, donde reinan los panes recién horneados, zumos naturales, fruta, quesos, pescado ahumado, opciones sin gluten y platos internacionales. Todo servido en un entorno que privilegia el ritmo lento y la atención al detalle.


En 2012, el Hotel María Cristina celebró su centenario con una renovación integral. Desde entonces, continúa redefiniendo el lujo con discreción y coherencia. Frente al Cantábrico, este hotel mantiene su esencia: un lugar donde la historia, el diseño y la hospitalidad se cruzan sin ruido, pero con profundidad. IG: hotelmariacristina
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